Si hay algo que los cubanos han aprendido a dominar, es el arte de sobrevivir. Y nadie lo muestra mejor que Yisell, una joven madre que desde su cuenta de TikTok (@una.cubana.de.el) nos abre una ventanita a su rutina, donde el protagonista principal no es el café matutino, sino “su amigo el apagón”.
“Con tremendo sueño y ojeras como un mapache”, así arranca su video viral, que más que queja, es un desahogo lleno de humor y resignación. Porque cuando la luz se va cada dos por tres, no queda otra que reír para no llorar.
Frijoles al carbón… y con paciencia
“Dale a encender el carbón y pongo unos frijoles, a ver cuándo se ablandan”, cuenta mientras muestra sus calderos negros de tizne, como trofeos de guerra doméstica. Y justo cuando uno cree que la corriente regresó, ¡zas!, 45 minutos y otra vez la oscuridad.
Luego la vemos fregando con fuerza, intentando quitar el hollín de las ollas. “No me quedaron como yo quería, pero hice lo que pude”, dice con una sonrisa que mezcla cansancio y orgullo. Porque sí, limpiar ollas tiznadas con estropajo es deporte olímpico en Cuba.
“La verdad es que es por gusto, porque mañana se van a poner igual o quizás peor”, suelta al final, como quien ya se sabe el libreto.
Consejos, apoyo y mucho cariño desde TikTok
El video no solo se viralizó por lo real, sino por lo humano. La gente no tardó en dejarle mensajes como “Bellos los calderos”, “Brillan” o “Todo muy limpio, te felicito”. Y, como buena cubana, Yisell respondió a casi todos con su toque espontáneo.
Le dieron consejos para limpiar: arena, ceniza, aceite. Pero ella, sin perder la chispa, contestó:
“El aceite está carooo”.
Esa frase sola resume una realidad entera. Porque en la vida cotidiana en Cuba entre apagones, todo cuesta. Y no solo hablamos de dinero, sino de paciencia, ingenio y fuerza emocional.
Una historia que se repite en toda la isla
Lo que cuenta Yisell no es una anécdota aislada. Son muchas las mujeres que publican videos similares: mostrando cómo cocinan con carbón, improvisan con leña, o incluso queman puertas y ventanas para encender el fogón, como admitió el periodista Abdiel Bermúdez en la televisión oficial.
Algunas madres han mostrado los platos casi vacíos que les dan a sus hijos tras 48 horas sin corriente. Otras revelan mezclas de gasolina y petróleo para encender el carbón. Todo eso, por una razón: en Cuba no hay otra opción.
Y como si fuera poco, el precio del carbón se ha disparado. En provincias como Las Tunas, un saco puede costar hasta 3,000 pesos. ¡Una locura!
El valor de contar lo cotidiano
El video de Yisell no es solo entretenimiento. Es testimonio, es espejo. Porque detrás de esa olla tiznada y de ese estropajo gastado, hay una mujer que lucha cada día por mantener su casa en pie, cuidar a su hijo y no perder la sonrisa aunque todo esté en contra.
En Cuba, tareas que parecen simples, como cocinar o fregar, se convierten en batallas diarias. Y esa rutina, contada con gracia y honestidad, conecta con miles de personas que viven exactamente lo mismo.
Así que, la próxima vez que veas una olla ennegrecida, piensa en Yisell, en su frase “es por gusto” y en cómo, a pesar de todo, sigue ahí: limpiando, cocinando, resistiendo… y haciéndonos reír entre tanto apagón.
