El régimen cubano volvió a ponerle freno a la fe. Este Domingo de Ramos, el tradicional Viacrucis Solemne que debía recorrer las calles del Vedado fue cancelado a última hora, dejando a la comunidad católica entre la decepción y la indignación.
El padre Lester Rafael Zayas Díaz, párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, fue quien dio la noticia a través de su perfil en Facebook. Con tono sereno pero firme, explicó que la procesión no había sido autorizada por las autoridades, pese a que todo estaba listo para salir desde Línea hasta Letrán a las 6:00 p.m.
“No nos aprobaron la actividad”, escribió el sacerdote, quien había compartido días antes imágenes de los preparativos dentro de la parroquia. El silencio oficial contrasta con la movilización de los fieles, que ya tenían la fecha marcada como un momento clave de la Semana Santa.
Cuando la fe incomoda
Según el propio Zayas, esta no es la primera vez que las autoridades le cortan el paso a manifestaciones religiosas. En 2024 ya habían prohibido celebraciones similares en otras partes del país, incluyendo La Habana y Granma. El sacerdote sugiere que la razón va más allá de la religión: su perfil crítico y las homilías con carga social habrían molestado a quienes no toleran voces disonantes dentro de la Iglesia.
“Negarle a un pueblo su procesión como castigo a un párroco es absurdo y, además, una violación de la libertad religiosa”, denunció. Para él, la procesión no es un capricho personal, sino una expresión del deseo colectivo de la comunidad católica.
Nada nuevo bajo el sol
Esta historia recuerda lo ocurrido el año pasado en la diócesis de Bayamo-Manzanillo, donde también se prohibieron las procesiones sin dar explicaciones. Una fuente anónima vinculada a la Iglesia confirmó entonces que “nunca explican, solo dicen sí o no”, como quien reparte favores y no derechos.
La negativa se dio justo una semana después de que estallaran protestas en Bayamo. En aquellas manifestaciones espontáneas, la gente salió a las calles al grito de “libertad”, “corriente y comida”, y “viva Cuba libre”, mientras entonaban el Himno Nacional.
¿Coincidencia? Difícil decirlo. Pero muchos ven un patrón claro: cuando el pueblo se expresa, ya sea con velas o pancartas, aparece la censura.
Cuba en la mira por su intolerancia religiosa
No solo la Iglesia ha levantado la voz. La Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) publicó en marzo de 2025 su informe anual, recomendando nuevamente que Cuba sea designada como “país de particular preocupación” por las violaciones constantes a la libertad religiosa en 2024.
El informe pinta un panorama oscuro: “Las condiciones en Cuba siguen siendo pésimas para la libertad religiosa”, afirma. El documento también señala cómo las autoridades han reforzado su aparato represivo con leyes ambiguas y peligrosas, como la nueva Ley de Ciudadanía, que autoriza a revocar la nacionalidad cubana a quienes vivan fuera del país y se consideren “contrarios” al sistema.