La icónica esquina de Galiano y San Rafael, donde por años latió el corazón comercial del Ten Cents, se ha transformado en «Casalinda», una tienda moderna que, aunque reluce por fuera, deja afuera a una buena parte del pueblo cubano. Ahora, solo acepta dólares. Así mismo, sin vueltas.
La inauguración oficial fue el pasado sábado 12 de abril, y desde temprano se armó tremendo show: música, pantallas digitales, promociones “exclusivas” y hasta vigilancia con boinas rojas supervisando la movida. Pero, a pesar del ambiente festivo, solo podían entrar los que tuvieran tarjetas en divisas. O sea, los mismos de siempre.
Una vitrina brillante para pocos
Casalinda se promociona como el nuevo “centro comercial favorito” de La Habana, con más de 10,000 artículos para el hogar, desde sábanas y electrodomésticos hasta adornitos importados de Europa y Asia. Pero para la mayoría de los cubanos, esa vitrina es como un espejo: refleja todo lo que no se puede alcanzar con un salario en pesos cubanos.
Lo que antes fue un lugar para todo el mundo —primero bajo el ala americana, luego dentro del sistema socialista— ahora es símbolo de exclusión. Porque si no tienes una tarjeta recargada desde fuera o acceso al mercado informal del dólar, olvídate de entrar a mirar, mucho menos a comprar.
De cucarachas a lujo en divisas
No siempre lució tan reluciente. En julio de 2019, el lugar estaba en candela por otras razones: las quejas por la suciedad eran constantes y las cucarachas y los ratones eran parte del personal en la antigua dulcería. Las imágenes eran claras: abandono, falta de higiene y cero respeto por el consumidor.
Hoy, ese mismo espacio ha sido lavado con cara de modernidad, aunque muchos lo recuerdan también por su breve paso como ferretería Trasval. “El antiguo Trasval de Galiano ahora convertido en tienda en USD, con pantalla grande y todo”, comentó un usuario en redes, entre asombro e ironía.
Un negocio redondo… pero para otros
Detrás de este relanzamiento está el empresario italiano Bartolomeo “Beto” Savina Tito, viejo conocido del escenario comercial cubano. A través de su firma Italsav, y en colaboración con Tiendas Caribe, propiedad del todopoderoso conglomerado militar GAESA, Casalinda se convierte en el primer paso de una nueva red de tiendas en dólares que pretende expandirse por toda la isla.
Según publicó la página “La Tijera”, Beto está cocinando una serie de supermercados en USD que operarán bajo el mismo modelo. Incluso ya existe una plataforma de comercio electrónico para que quienes tienen acceso a divisas puedan hacer sus compras online.
La Habana de las dos Cubas
Lo que debería ser un espacio para toda la familia se ha convertido, más bien, en una postal del abismo económico que divide a los cubanos. Mientras el dólar sigue subiendo y el peso se desmorona, el acceso a lo básico se vuelve un lujo reservado para quienes reciben remesas o tienen conexiones con el mercado informal.
Casalinda no es solo una tienda, es un reflejo de cómo se concentran los recursos en manos de unos pocos. El pueblo mira desde afuera, como quien ve un escaparate de otro país sin poder cruzar la puerta.
Y así, el Ten Cents de ayer, símbolo de un comercio cercano y para todos, se convierte en Casalinda, el símbolo de una Cuba que cada vez se parece menos a sí misma