Este sábado se cumplen seis largos años desde que los médicos cubanos Assel Herrera Correa y Landy Rodríguez Hernández desaparecieron en el polvorín de Kenia, tras ser secuestrados por el grupo yihadista Al Shabab. Y aunque el canciller Bruno Rodríguez asegura que el gobierno no ha tirado la toalla, la verdad es que las respuestas brillan por su ausencia.
«Seguimos buscando», dice Cuba… pero ¿dónde están los resultados?
Desde su cuenta en X (antes Twitter), Rodríguez insistió en que el caso tiene «la atención del más alto nivel» del gobierno cubano. Palabras bonitas, sí, pero cero detalles concretos sobre qué han hecho realmente para encontrarlos. ¿Negociaciones? ¿Inteligencia? ¿Cooperación internacional? Nada de eso se menciona.
Lo único claro es que la culpa, según La Habana, siempre es de EE.UU. El régimen repite como disco rayado que Washington no ha dado información «ni con urgencia ni con seriedad» tras el ataque de febrero de 2024, cuando el Comando África (AFRICOM) bombardeó la zona donde supuestamente estaban los médicos. Pero, ojo, el gobierno estadounidense negó que hubiera civiles afectados en esa operación.
El secuestro que conmovió a Cuba (y el silencio que indigna)
Todo empezó el 12 de abril de 2019, cuando los galenos viajaban en un convoy escoltado hacia el hospital de Mandera, Kenia. Un tiroteo, un policía muerto y un conductor cómplice después, Al Shabab se los llevó. Meses más tarde, hubo reportes de que los médicos estaban vivos, trabajando forzados en Somalia, bajo control yihadista. Los terroristas pidieron 1.5 millones de dólares por su libertad… y desde entonces, silencio.
¿Por qué Cuba no ha podido (o no ha querido) rescatarlos? Es la pregunta que muchos se hacen. Si fueron enviados en misión oficial, ¿dónde está el respaldo? El gobierno prefiere señalar a EE.UU. antes que admitir su propia falta de acción.
La guerra contra Al Shabab (y el misterio que persiste)
Mientras tanto, en Somalia, la guerra contra los yihadistas no para. Desde 2007, AFRICOM ha bombardeado sus bases, y en 2022 el presidente somalí declaró «guerra total» contra ellos. Pero entre tanta balacera y operativos, el paradero de Assel y Landy sigue siendo un enigma.
¿Están vivos? ¿Hubo algún intento real de rescate? El tiempo pasa, las declaraciones oficiales se repiten como letanía, y las familias siguen esperando. Seis años son demasiado para solo promesas.