Ya han pasado seis meses desde que el mundo del reguetón cubano quedó en shock con la trágica muerte de El Taiger. Medio año después, sus hijas, Yaliet y Ana Paloma, siguen viviendo el duelo, y lo expresan con el alma abierta en redes sociales. Sus mensajes, llenos de amor, nostalgia y clamor por justicia, han tocado a muchos de sus seguidores.
Yaliet, la hija mayor del cantante, usó su cuenta de Instagram para compartir un video que derrite el corazón: aparece de niña, en brazos de su papá, feliz, sin imaginar que ese abrazo sería tan valioso con el paso del tiempo. Pero lo que realmente te parte el alma es el mensaje que escribió junto a esas imágenes.
“Seis meses, la mitad de un año… se dice fácil, pero todavía no me lo creo. Me duele el alma, papi. Tu ausencia me pesa todos los días. Estás en mi mente, en cada foto, cada video, cada risa tuya, hasta en tu olor”, escribió. Y remató con una frase que muchos no han podido leer sin soltar una lágrima: “Como tú me decías: ‘Caridad’… Solo le pido a Dios que estés con la abuela y el abuelo, y que me cuides desde el cielo, a mí y a mis hermanos.”
Pero además del dolor, Yaliet también mostró la rabia que aún lleva por dentro. En el mismo mensaje pidió justicia, dejando claro que aún no puede perdonar a quienes le arrebataron a su papá. “Pido justicia por ti, papá. Que Dios perdone a quien lo hizo, pero yo no puedo. Me quitaron el amor más sincero del mundo… el tuyo.”
La pequeña de la casa, Ana Paloma, también quiso homenajear a su papá de una manera muy especial. El 10 de abril encendió una vela en su memoria y compartió un mensaje corto, pero con un cariño infinito: “Papi, te extraño mucho. Siempre pediré por ti. Que tu luz siempre me alcance. Te amo, papito mío.”
Ese mismo día, Teresa Padrón, quien fuera la manager de El Taiger, visitó la capilla del Cementerio de Colón donde descansan sus restos. No fue sola. La acompañaron familiares y algunos fans que siguen rindiendo tributo al artista que dejó una huella imborrable en la música urbana cubana.
A veces pensamos que el tiempo lo cura todo, pero hay heridas que simplemente se aprenden a llevar. El recuerdo de El Taiger sigue más vivo que nunca, sobre todo en el corazón de sus hijas.