El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, soltó una bomba en una entrevista con periodistas españoles: «En unos meses, los apagones en horario diurno serán cosa del pasado». ¿La razón? Según él, los parques solares fotovoltaicos le echarán el resto para mantener el flujo eléctrico. Pero, como dice el refrán, «del dicho al hecho, hay mucho trecho»… y más en Cuba, donde varias provincias han pasado hasta 24 horas a oscuras.
La plata no alcanza… ni para las térmicas ni para el combustible
El mandatario reconoció que el país necesita más de 500 millones de dólares anuales solo para reparar las viejas termoeléctricas, y otros 1,500 a 2,000 millones para comprar combustible. «La falta de divisas nos tiene en candela», admitió, según recoge 14ymedio. Sin fondos, no hay repuestos, ni petróleo, ni mejoras… y el círculo vicioso sigue: menos electricidad = menos economía = menos capacidad de resolver el problema.
¿Solución? Paneles solares y ayuda de los amigos
Díaz-Canel le está apostando fuerte a las energías renovables, especialmente a los parques solares chinos y los paneles domésticos. «El año que viene estaremos mejor», vaticinó, aunque sin dar muchos detalles. Agradeció a los «países amigos» su apoyo, pero se guardó los how-tos bajo llave: «No voy a explicar todo clarito, pa’ que no nos joroben».
¿Y la estabilidad prometida? Puro cuento… por ahora
Esto no es la primera vez que el presidente pinta un futuro sin apagones. En mayo, dijo que en junio mejorarían las cosas, y luego habló de «reparaciones que traerían estabilidad». Pero la realidad es tozuda: los cortes siguen y la gente está hasta la coronilla. Como bien apunta 14ymedio, Díaz-Canel sigue «comprometiendo su palabra», aunque sabe que, al final, no rinde cuentas a un electorado.
Mientras tanto… Cuba sigue a oscuras
A pesar de los parques solares que se instalan aquí y allá, el déficit energético sigue siendo un dolor de cabeza. La demanda supera con creces la oferta, y el fantasma de un nuevo colapso del sistema eléctrico ronda la isla. ¿Cumplirá Díaz-Canel esta vez? O, como diría cualquier cubano de a pie: «Ver para creer, compay».