En medio de los apagones eternos que azotan a la isla, la Unión Eléctrica de Cuba ha salido al paso con una noticia que tiene sabor a alivio… pero también a realidad dura. Aunque los parques solares fotovoltaicos están echando una mano durante el día, el propio gobierno ha dejado claro que no son la salvación definitiva de la crisis energética.
Durante una aparición en la televisión estatal, Lázaro Guerra Hernández, director de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas, se sinceró ante las cámaras: “Los parques no resuelven los apagones por sí solos”. Y aunque cueste oírlo, es la pura verdad.
Guerra explicó que la energía solar ayuda, pero no alcanza. Según dijo, los ocho parques que están funcionando ahora mismo están produciendo lo que se esperaba, sobre todo en meses de sol fuerte como marzo y abril. Generan alrededor de 1,000 megavatios hora por día, lo que, traducido al idioma del cubano de a pie, significa una hora menos de apagón. Así, tal cual.
“Si no tuviéramos los parques, los apagones serían peores”, comentó el funcionario, dejando claro que su aporte es valioso pero limitado. En el pico del día —cuando el sol castiga parejo, entre 11 de la mañana y 3 de la tarde— los paneles solares aportan unos 240 a 250 MW al sistema nacional. Suena bien, pero hay un gran detalle: cuando el sol se va, se apaga también la esperanza solar.
Guerra fue directo: la energía solar no guarda nada para la noche. No hay cómo almacenar ese impulso, y en la madrugada, cuando la demanda sigue pero el sol duerme, la cosa se complica.
Por eso, explicó que el gobierno no apuesta solo por el sol, sino que intenta combinarlo con otros esfuerzos. Se está trabajando en revivir las plantas térmicas, reactivar motores distribuidos y usar más eficientemente el crudo nacional. Todo con el objetivo de mantener encendida la isla, al menos un poco más.
También anunció que antes que se acabe abril, cinco parques solares nuevos deben entrar en acción. Con eso, se espera superar los 300 MW de generación solar. Y para el 2025, la meta es ambiciosa: llegar a 1,200 MW. Pero aun así, Guerra fue claro: no basta con energía solar para salir del hueco.
“La solución está en ampliar la generación total, usando todas las tecnologías disponibles”, dijo con énfasis. Añadió que este esfuerzo no depende solo del Ministerio de Energía y Minas, sino que involucra a seis ministerios más, las FAR y otras instituciones estatales, todos con la tarea de optimizar la producción, mejorar el uso del gas y reforzar la infraestructura eléctrica.
Otro punto que no se puede pasar por alto es la generación distribuida, esos motores ubicados en distintas zonas del país que ayudan en momentos de crisis o ante ciclones y apagones prolongados. Guerra explicó que esa red también es clave, y debe mantenerse en buena forma.
“No todo es fotovoltaica. Hay que contar también con el resto de las tecnologías que sostienen el sistema eléctrico cubano”, insistió.
Estas declaraciones llegan en un momento de malestar popular creciente. En varias provincias del país, los apagones ya superan las 10 horas diarias. El pueblo está cansado, frustrado, y aunque entiende que se están haciendo cosas, no ve mejoras concretas en su día a día.
En las últimas semanas, el discurso oficial ha girado mucho en torno al despliegue de parques solares. En marzo, el gobierno se felicitó por el buen rendimiento de tres nuevos parques en La Habana, Cienfuegos y Granma, que produjeron por encima de lo esperado. Pero incluso con esas buenas noticias, la crisis estructural del sistema eléctrico sigue pesando.
El propio ministro Vicente de la O Levy reconoció hace poco que, aunque se instalen 46 parques solares este año con capacidad para producir hasta 1,000 MW, los apagones no van a desaparecer. Las causas son muchas: plantas viejas, combustible escaso y tecnología obsoleta.
En abril, una vez más, el gobierno repitió el mantra: ningún parque solar por sí solo va a resolver el apagón. Incluso si logran conectar los 92 parques solares que tienen planeados hasta 2026, lo único que conseguirán es aliviar un poco la carga durante el día.
El parque solar La Sabana, en Granma, fue puesto como ejemplo. A pesar de su buen rendimiento, solo cubre el 20 % de la demanda eléctrica de la provincia al mediodía.