Ya van más de cuatro meses desde que Felicia Gómez Díaz, una mujer de 67 años natural del barrio La Ermita, en Trinidad, salió de su casa como cualquier otro día y nunca más se supo de ella. Aquella mañana del 5 de diciembre de 2024, con su abrigo verde, licra, botas de goma y su gorra azul del equipo espirituano, se fue a buscar sus vacas… pero no volvió.
Desde entonces, su familia vive en un limbo desesperante. Su nieta, Jessica Cabrera Gómez, no ha parado de mover cielo y tierra por redes sociales, pidiendo ayuda, haciendo visible el caso y clamando por justicia. Cada cierto tiempo, vuelve a encender la alarma para que la historia de su abuela no se pierda en el olvido.
El pasado 5 de abril, justo al cumplirse cuatro meses de su desaparición, Jessica volvió a la carga en Facebook con un mensaje que rompe el alma: “Han sido días duros, largos, desesperantes y tristes… Solo la gracia, bondad y misericordia de Dios nos ha sostenido y dado un poco de paz en medio de esto”. También agradeció a quienes han ayudado de alguna manera, pidiendo que no se detenga la búsqueda y que cualquier pista, por más pequeña que sea, se le envíe por Messenger.
Ante la falta de respuestas oficiales, el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) activó la conocida #AlertaYeniset. Este sistema, nombrado así en honor a Yeniset Rojas Pérez, otra mujer desaparecida en 2021, se activa cuando la vida de la persona está en posible peligro y las instituciones no dan señales de estar haciendo lo suficiente.
Jessica lo ha dicho clarito en más de una ocasión: “Necesitamos ayuda, de verdad. Todo el que pueda hacer algo, el que tenga algún dato, que me escriba”. Es el grito desesperado de una familia que solo quiere respuestas.
Pero Felicia no es la única. A su caso se suma el de Doraiky Águila Vázquez, una madre habanera de 48 años que lleva desaparecida desde el 15 de marzo. Salió de su casa en Lawton, municipio Diez de Octubre, durante uno de esos apagones que ya parecen rutina en la isla, y desde entonces nadie ha sabido más de ella.
Su prima, Daisy Cruz, es quien ha liderado la búsqueda en redes, dejando claro que en casa la esperan dos niños, sus padres y su esposo. Su mensaje es directo: “Si la ves, graba, toma fotos y avísanos de inmediato”.
Para colmo, Doraiky padece de pérdida de memoria transitoria, lo que complica todavía más el asunto. La familia ha ofrecido una recompensa de 350 mil pesos cubanos a quien brinde información verídica sobre su paradero. También han compartido detalles físicos para facilitar su identificación: mide 1,68, pesa unos 65 kilos, tiene el pelo canoso, piel trigueña, ojos carmelita y una manchita en el tobillo derecho.
Si alguien tiene información, puede contactar a los números: 76039226, 50255751, 56949667 o 59696001.
La constante en ambas historias es una sola: el silencio. Las instituciones brillan por su ausencia y las familias cargan solas con la incertidumbre. Mientras tanto, la angustia crece y el reloj no se detiene.