La comunidad de Belleza, en Songo-La Maya, aún no sale del shock tras el asesinato de Artemio Luna Nápoles, un abuelo de 69 años que vivía solo y fue masacrado en su propia casa. El móvil? Robarle su chequera del día y un viejo televisor Panda. Así de absurda y cruel se ha vuelto la violencia en Santiago.
Todo ocurrió en la madrugada del 6 de abril, pero el cuerpo del anciano quedó tirado en su patio más de diez horas bajo el sol candente. Vecinos indignados denuncian que las autoridades solo aparecieron pasadas las 3:00 PM, cuando ya era demasiado tarde. «Lo llamaron, salió confiado y ahí mismo lo remataron a pedradas», cuenta una vecina con la voz quebrada.
Lo más indignante es que este crimen no es una excepción. Santiago lleva meses sumida en una ola de violencia que ya parece normalizada. Desde el feminicidio de Tamara Carreras, asesinada por su pareja en plena calle, hasta el caso de «Cachito», cuyo cuerpo apareció en un bosque después de dos meses desaparecido. Y ni hablar de los custodios ejecutados por proteger bueyes o negocios.
La gente vive con miedo. Cierra puertas temprano, evita salir de noche y hasta mira con recelo a sus propios vecinos. «Aquí ya no se sabe quién es quién», murmura un santiaguero mientras pide no dar su nombre. El problema es grave: crimen organizado, ajustes de cuentas, robos que terminan en sangre… y una policía que siempre llega tarde.
Mientras tanto, la familia de Artemio tuvo que adelantar el entierro por el avanzado estado de descomposición del cuerpo. Un final indigno para un hombre que solo quería vivir tranquilo en su casita. ¿Hasta cuándo seguirán matando impunemente en Santiago?
El llamado es claro: Las autoridades deben actuar YA, porque cada día que pasa sin respuestas es otra puñalada a la confianza de un pueblo que ya no aguanta más. ¿Tú qué crees que falta para que Santiago vuelva a ser tierra de son y no de sangre? Déjanos tu opinión… porque el silencio nos está matando.