La economía cubana sigue jugando al monedero y esta vez le tocó a Ciego de Ávila sumarse al «sálvese quien tenga dólares». Dos tiendas de la cadena Caribe, Agua y Jabón y La Cruz Verde, reabrieron sus puertas con un letrero que duele: «Solo aceptamos divisas». ¿El detalle más indignante? Si pagas en efectivo, te dan el vuelto en chicles o caramelos. ¡Como lo oyes!
«Esto ya no es economía, esto es un chiste de mal gusto», comentó un avileño mientras miraba los anaqueles llenos… inalcanzables para quien solo cobra en pesos cubanos. Y es que, aunque el gobierno hable de «captar divisas para mejorar el abastecimiento», la realidad es que el 90% de los cubanos se quedan fuera del juego.
🔴 La cruda realidad: ¿Tiendas para ricos en un país de pobres?
Mientras estas tiendas relucen con productos importados, las de moneda nacional parecen fantasmas: anaqueles vacíos, precios por las nubes y colas eternas. La brecha es tan grande que hasta un niño lo entiende: si no tienes familia en el extranjero que te mande dólares, estás frito.
«Antes la libreta de abastecimiento era un alivio, ahora es un papel mojado», suspira una abuela mientras cuenta los pocos pesos que le quedan. Y es que, sin remesas, no hay salvación, y el gobierno sigue empujando a la gente hacia una economía paralela que solo beneficia a unos pocos.
📈 La dolarización «a medias»: ¿Solución o excusa?
Todo empezó con el Supermercado de 3ra y 70 en La Habana, el primero en operar solo en divisas. Ahora, el modelo se extiende por el país, pero sin mejorar la vida del cubano de a pie. Economistas como Pedro Monreal ya lo advirtieron: esto no es más que una forma de maquillar la crisis, creando dos Cubas en una: la que puede comprar y la que solo puede mirar.
«¿Logro? Lo único que logran es que nos demos cuenta de que ya ni nos esconden el apartheid económico», escribió un usuario en redes. Y es que, entre la propaganda oficial y la vida real, hay un abismo que cada día se hace más profundo.
🚨 ¿Hacia dónde va Cuba? Un futuro con dos velocidades
El mensaje es claro: el que no tenga dólares, que se las arregle. Mientras tanto, la inflación sigue comiéndose los salarios, los productos básicos son un lujo y la gente se ahoga en deudas e inventos. ¿Solución? Ninguna a la vista. Solo más tiendas en divisas, más desigualdad y más frustración.