En otro capítulo más de su cruzada contra las alternativas libres para conectarse a internet, el gobierno cubano ha lanzado una advertencia directa contra quienes intenten usar el servicio satelital Starlink sin su aprobación. Según las autoridades, hacerlo en la isla es ilegal y puede traer sanciones bien serias.
La advertencia fue publicada en la página oficial de Facebook de la Unidad Presupuestada Técnica de Control del Espectro Radioeléctrico (UPTCERCuba), un organismo subordinado al Ministerio de Comunicaciones. Ahí dejaron claro que el uso de Starlink sin permiso no solo contradice la legislación cubana, sino que también viola las reglas del Reglamento de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Según esa normativa internacional, cada país tiene soberanía total sobre su espectro radioeléctrico, como se recoge en el mismísimo artículo 1. En buen cubano: si alguien quiere transmitir señales desde el espacio, tiene que coordinarlo primero con el Estado. Pero Starlink —según las autoridades— no ha pedido permiso ni para entrar, ni para operar en Cuba.
Y eso no es poca cosa. Starlink trabaja usando frecuencias como la banda Ku y Ka, que requieren licencias específicas. En teoría, cualquier servicio de este tipo necesita luz verde del Ministerio de Comunicaciones y además debe ser reportado a la UIT. Nada de eso ha ocurrido en el caso cubano.
El gobierno se apoya en antecedentes internacionales para reforzar su postura. Recordaron el caso de Irán en 2022, donde la UIT le dio la razón al régimen iraní tras una queja contra Starlink por los mismos motivos. O sea, no es la primera vez que este conflicto llega al plano internacional.
Internamente, las cosas están bien claras. La Resolución 272/2015 del Ministerio de Comunicaciones prohíbe la importación y uso de equipos de telecomunicaciones no autorizados, incluyendo las terminales de Starlink. Según las autoridades, estos dispositivos se consideran “estaciones terrenas transmisoras-receptoras”, y por tanto, deben estar debidamente registradas y controladas.
¿Y qué pasa si alguien se salta estas reglas? Pues el gobierno avisa que las consecuencias pueden ir desde interferencias técnicas —sí, pueden bloquearte las frecuencias— hasta el decomiso de los equipos y multas considerables.
Aunque la UIT no tiene mecanismos para sancionar directamente, sí puede emitir resoluciones que pongan en aprietos la imagen internacional de empresas como SpaceX, la compañía detrás de Starlink.
En resumen: Cuba sostiene que Starlink está violando tanto las normas internacionales como su propia legislación, al operar sin permisos ni coordinación con el país. Por eso, insiste en que cualquier intento de usar estos servicios será tratado como una infracción.
Y por si quedaba alguna duda, lo reiteran: la importación de equipos como Starlink está completamente prohibida. Según la normativa vigente, su entrada solo sería posible con una autorización especial… que rara vez se concede.
Pero la historia no termina ahí. Una investigación del medio independiente elTOQUE reveló que ya circulan decenas de ofertas de equipos Starlink en Cuba. Solo en Facebook hay más de una docena, y en Revolico —ese clásico mercado digital cubano— se cuentan por más de 60 las publicaciones ofreciendo terminales de este tipo.
Ante esta realidad, el gobierno ha respondido con lo que muchos consideran una verdadera «guerra abierta» contra las conexiones satelitales independientes. Alegan que las antenas y repetidores no homologados interfieren con las radiobases del sistema nacional, afectando la calidad del servicio en determinadas zonas.
