El gobierno de Cuba asegura que la economía está mejorando, pero la realidad en la isla parece contradecir esas declaraciones. Mientras el ministro de Economía, Joaquín Alonso Vázquez, habla de un aumento en la producción de alimentos y una reducción en la inflación, los cubanos siguen enfrentando precios elevados y estanterías vacías en los mercados.
Más alimentos, menos inflación… pero la escasez sigue
Durante una reunión del Consejo de Ministros en marzo, Alonso Vázquez afirmó que la producción agropecuaria va en ascenso y que la inflación ha comenzado a ceder. Sin embargo, estas palabras no parecen reflejar el día a día de los ciudadanos, quienes siguen lidiando con la falta de productos básicos y un costo de vida cada vez más alto.
Según el ministro, la mayoría de los sectores agrícolas están cumpliendo con sus planes de producción, excepto algunos rubros como el huevo, que continúan en caída. A pesar de este supuesto aumento en la producción, la demanda sigue sin ser cubierta, lo que deja en evidencia uno de los problemas más graves del régimen: su incapacidad para garantizar el abastecimiento de alimentos a la población.
¿Realmente la inflación está bajando?
El discurso del gobierno sobre la inflación también genera dudas. Alonso Vázquez aseguró que, en comparación con el año pasado, la curva inflacionaria está descendiendo. Sin embargo, en febrero los precios aumentaron un 2 %, lo que demuestra que la situación sigue siendo crítica.
El sector agropecuario fue el más afectado, ya que los intermediarios han elevado los precios a lo largo de la cadena de distribución. Esto golpea especialmente a las provincias centrales y orientales del país, mientras que en el occidente los incrementos han sido un poco más moderados.
A pesar de estas cifras, la crisis económica sigue golpeando fuerte a la población, con productos cada vez más inaccesibles para la mayoría.
El eterno culpable: el embargo estadounidense
Como ya es costumbre, el gobierno cubano sigue responsabilizando al embargo de Estados Unidos por la crisis económica. Sin embargo, la falta de alimentos y el alto costo de vida no se explican solo por las sanciones externas, sino también por una mala gestión interna y una infraestructura económica obsoleta.
Mientras tanto, las exportaciones cubanas siguen sin alcanzar las expectativas. Solo productos como el tabaco, la langosta y el ron han logrado mantener cierto nivel de ventas en el mercado internacional. En cambio, sectores como el turismo y las telecomunicaciones continúan por debajo de las metas establecidas.
¿Y el futuro? Más promesas, menos soluciones
El régimen cubano insiste en que la economía está en proceso de recuperación, pero los ciudadanos siguen sin ver mejoras en su día a día. La escasez y los precios elevados siguen siendo una constante, mientras el gobierno evita hablar de las verdaderas causas de la crisis.
En lugar de reconocer sus errores y buscar soluciones efectivas, el discurso oficial sigue enfocado en culpar factores externos. Pero la pregunta que muchos cubanos se hacen es: si la producción está subiendo y la inflación bajando, ¿por qué la comida sigue sin aparecer?