Un alto funcionario de la administración de Donald Trump lanzó una advertencia directa a los cubanos y venezolanos: prepárense para tiempos difíciles. Según sus palabras, las nuevas estrategias del gobierno estadounidense podrían generar “dolor a corto plazo”, pero todo con el objetivo de asfixiar a los regímenes autoritarios en La Habana y Caracas.
La declaración vino de Mauricio Claver-Carone, enviado especial para América Latina, durante un evento en el Miami-Dade College. Allí defendió la línea dura de Trump, en especial su enfoque migratorio, que ha puesto en la mira a grupos como la pandilla Tren de Aragua, conocidos por su historial violento en la región.
Claver-Carone fue más allá al comparar la situación actual con el éxodo del Mariel en 1980, cuando Fidel Castro liberó presos y los envió a Estados Unidos. Según él, Maduro estaría usando el mismo libreto, soltando criminales con el fin de provocar caos fuera de Venezuela. La diferencia, dijo, es que esta vez “Trump no se va a quedar de brazos cruzados”.
En un tono que no se anduvo con rodeos, reconoció que estas políticas generan tensión y malestar, sobre todo cuando algunos sectores empiezan a etiquetar a todos los venezolanos como delincuentes. Pero justificó el enfoque: “Los dictadores han aprendido que lo más fácil es exportar el problema”, soltó. Según él, si no estás de acuerdo con el sistema, simplemente te vas. Así pasó en Cuba, y ahora está ocurriendo en Venezuela y Nicaragua.
Como cubanoamericano, Claver-Carone hizo un llamado desde la experiencia del exilio: “Llevamos 60 años afuera. Si no quieren lo mismo, este es el momento de actuar. Hagan el sacrificio ahora, o no saldrán nunca del mismo círculo”.
Cuando le preguntaron sobre los rumores de una posible prohibición de viajes para cubanos y venezolanos, el funcionario se mantuvo reservado. Dijo que esos planes aún se estaban discutiendo, pero no los negó.
Por otro lado, dejó claro que la administración está cocinando una estrategia quirúrgica para apretar más al ejército cubano, usando herramientas más precisas y efectivas que las del embargo tradicional. “La Casa Blanca está alineada, desde el Tesoro hasta el Pentágono. Y lo que viene no se parece a nada de lo que hayan visto antes”, afirmó con contundencia.
Ese mismo día, el congresista republicano de Miami, Carlos Giménez, pidió al Departamento del Tesoro suspender todos los vuelos y remesas a Cuba. Cuando Claver-Carone fue consultado al respecto durante un foro del World Affairs Council, dijo no haber leído la carta. Sin embargo, no descartó la idea. “Son medidas de siempre, sí, pero vienen de un lugar genuino. Hay que ser creativos, pero entiendo la intención”, comentó, mostrando simpatía por su colega cubanoamericano.
Lo que sí dejó clarito es que el gobierno de Trump sigue abrazando la política de “máxima presión” como hoja de ruta. No se trata solo de castigos, sino de cerrar todas las grietas legales por donde en el pasado se han escapado las sanciones.
“Siempre habrá quienes no estén de acuerdo. Y claro que molestará. Pero o aceptas el golpe ahora para tener un futuro mejor, o te pasas la vida entera sufriendo sin avanzar”, remató. Y como buen cubano con temple, soltó una última frase para la historia: “Vamos con todo o mejor ni lo intentamos”.