El polémico presentador Alexander Otaola ha vuelto a la carga, esta vez con un llamado directo a la administración de Donald Trump: «Ciérrenlo todo para Cuba». En un reciente post de Facebook, Otaola soltó sin tapujos: «Trump, ciérralo ya. Cerrado es cerrado, y al que no le guste, que se mude de vuelta a la isla-cárcel. ¡Buenos días!».
¿Exageración o línea dura? Para Otaola, esto no es nuevo. Lleva años abogando por restricciones más fuertes contra la Isla, desde limitar viajes hasta cortar las remesas. Y no está solo: figuras como el congresista Carlos A. Giménez han pedido lo mismo, argumentando que Cuba sigue en la lista de «Estados patrocinadores del terrorismo».
La Cruzada Contra las «Mulas» y los Viajes
En enero, Otaola ya había lanzado otra bomba: pedir sanciones contra agencias de viajes que operan vuelos a Cuba. Según él, esto acabaría con las «mulas»—esa forma coloquial de llamar a quienes llevan dinero y productos a la Isla.
Pero el contexto es más amplio. Trump firmó una orden ejecutiva el 20 de enero titulada «Proteger a EE.UU. de terroristas extranjeros», que podría incluir a Cuba en una lista de países con restricciones de viaje. ¿Traerá esto un nuevo «Travel Ban» para cubanos? El fantasma de más prohibiciones ronda el aire.
Western Union y el Golpe a las Remesas
El golpe más duro llegó en febrero: Western Union suspendió los envíos a Cuba. La razón: sanciones de Trump contra Orbit SA, la empresa cubana que procesaba las transacciones. Miles de familias dependen de ese dinero, pero para Otaola y sus seguidores, es un mal necesario.
¿Hacia un «Blindaje Total» Contra Cuba?
Otaola no pide medias tintas: quiere cortar todo vínculo. Su postura refleja el ala más dura de la política hacia la Isla, pero ¿funcionará? Mientras algunos celebran la presión, otros ven un castigo colectivo que afecta más al pueblo que al gobierno.
El debate sigue abierto: ¿estrategia efectiva o medida extrema? Lo cierto es que, con cada restricción, la brecha entre Miami y La Habana parece hacerse más grande. Y esto, compadre, no pinta bien para nadie.