¡Se acabó el estrés de los exámenes de ingreso! Al menos para los estudiantes de preuniversitario en Cuba que sueñen con ser médicos. El gobierno acaba de anunciar que ya no hará falta pasar pruebas rigurosas para entrar a la carrera de Ciencias Médicas. ¿La nueva regla? Un promedio de 90 en décimo grado y mantenerlo en onceno. Así de simple.
La Universidad de Ciencias Médicas de Holguín fue la primera en confirmarlo, explicando que esta medida sigue «las decisiones del Ministerio de Salud Pública» de crear colegios universitarios dentro de las facultades de medicina. Eso sí, hay algunos requisitos: estar en onceno grado, estar apto física y mentalmente, y, si vas por Enfermería, no ser alérgico a la penicilina.
Pero no todos están celebrando. El periodista Yosmany Mayeta fue de los primeros en reaccionar, advirtiendo que esto parece un intento de «crear médicos emergentes para un país sin medicina». Y las redes sociales estallaron con críticas. «Antes nos partíamos la cabeza estudiando para esos exámenes, y ahora lo regalan», comentó una cubana, preocupada por la calidad de los futuros profesionales.
¿Es la primera vez que pasa? En realidad, no. El año pasado, La Habana ya había probado este método, permitiendo que estudiantes de duodécimo grado entraran directamente a medicina en facultades como la Julio Trigo y la Enrique Cabrera.
Y la cosa va más allá. Desde hace dos años, el Ministerio de Educación Superior ha estado entregando carreras universitarias incluso a quienes reprobaron o ni siquiera se presentaron a los exámenes. El ministro Walter Baluja García defendió la medida en 2023, asegurando que «esto no significa perder calidad en los graduados».
Pero la duda sigue en el aire. Si antes el sistema era exigente y ahora parece relajarse tanto, ¿qué tipo de profesionales saldrán de las aulas? Y lo más importante: ¿en qué manos quedará nuestra salud?