Durante una audiencia reciente en el Congreso de Estados Unidos, el jefe del Comando Sur, almirante Alvin Holsey, soltó una bomba política que encendió el debate: Cuba representa una amenaza considerable para la seguridad nacional. ¿El motivo? Sus crecientes vínculos con China, Rusia e Irán, tres potencias que no precisamente son amigas de Washington.
Según Holsey, el gobierno cubano no está enfocado en resolver la crisis que ahoga a su pueblo, sino más bien en afianzar alianzas con aquellos que buscan debilitar la influencia de Estados Unidos en la región. En vez de mirar hacia adentro y cambiar el rumbo económico que los tiene al borde del colapso, La Habana estaría apostando por el juego geopolítico con jugadores peligrosos.
Uno de los puntos más delicados de su intervención fue el tema tecnológico. Holsey mencionó que empresas chinas como Huawei, TP-Link y ZTE están detrás de las redes de telecomunicaciones en la Isla. Según dijo, esos sistemas no solo sirven para conectar a la gente, sino también para espiar, vigilar y apagar cualquier chispa de disidencia interna.
Pero no todo quedó en la tecnología. El almirante advirtió que Cuba también juega un papel clave como base para la recolección de inteligencia y posibles operaciones militares extranjeras. Y lo más inquietante: su proximidad con Estados Unidos, que convierte este escenario en una especie de tablero de ajedrez donde cualquier jugada puede poner en jaque la seguridad regional.
En medio de la sesión, el congresista Joe Wilson, republicano por Carolina del Sur, no se quedó callado. Se refirió a los buques rusos que han atracado en el puerto de La Habana, asegurando que esas maniobras sirven para oxigenar al régimen cubano. Wilson fue más allá y dijo que el plan parece una especie de remake soviético: resucitar la vieja URSS manteniendo sus aliados más autoritarios, y lamentablemente, el episodio empieza en el vecindario: el hemisferio occidental.
Por otro lado, el congresista Carlos Giménez, cubanoamericano, quiso saber si países como Venezuela y Nicaragua también están en el radar de amenazas. Holsey respondió sin rodeos que sí, y describió la situación como “compleja y desafiante”, citando el constante trasiego de buques iraníes a Venezuela y el protagonismo ruso en la zona.
Entonces vino la pregunta más directa del día. Giménez no se anduvo con vueltas y lanzó: ¿Es Cuba la cabeza de la serpiente que permite la entrada de actores como Rusia, Irán y China en América Latina? Holsey, sin adornos, respondió: “Lo hacen porque saben que tienen detrás a jugadores pesados como China y Rusia… o ambos a la vez”.