La mañana del 28 de marzo, Víctor Manuel Izquierdo Peralta llegó a su cita migratoria en Tampa con la esperanza de regularizar su situación. Lo que no sabía este cubano de 21 años era que celebraría su cumpleaños esposado, en lo que se convirtió en una pesadilla para él y su familia.
Sunamy Pérez Alonso, su esposa estadounidense, lo vio por última vez en libertad a las 3:00 a.m. en las oficinas de ICE. Horas después recibió una llamada desgarradora: «No tengo tiempo… me van a dejar detenido», alcanzó a decirle Víctor entre sollozos, describiendo cómo lo tenían esposado de manos, pies y cintura. Ahora el joven permanece recluido en el condado de Broward, lejos de su mujer y su hijo de un año y ocho meses.
La historia de Víctor es compleja. Deportado a México siendo menor en 2019, regresó a EE.UU. en 2021 recibiendo un permiso de supervisión migratoria. Durante tres años cumplió religiosamente con todos los requisitos: reportes puntuales a ICE, trabajo estable instalando paneles solares y ningún antecedente penal. Hasta llevaba un año casado con una ciudadana, con quien presentó una petición de residencia que sigue en trámite.
«Conocía su caso, pero tiene que esperar el proceso en Cuba», le dijo el oficial de ICE a la desconsolada madre del joven. Sunamy, entre lágrimas, clama por justicia: «Él es asmático, no es criminal. Solo trabajamos para criar a nuestro hijo». Su abogado explica que ICE está priorizando deportaciones de casos como el de Víctor, aunque tengan procesos legales pendientes.
El caso no es aislado. Tres días antes, el periodista cubano Esteban García del Toro fue arrestado en Orlando mientras gestionaba su residencia por matrimonio, dejando a su esposa -en pleno tratamiento de quimioterapia- completamente desamparada. Otro caso que ha conmovido es el de José Francisco García Rodríguez, marielito de 73 años detenido en Luisiana después de 45 años en EE.UU. sin problemas con la ley.
Abogados denuncian un patrón preocupante. «No hay razón lógica para estas detenciones más allá de intimidar», afirma el letrado de Esteban. Mientras, familias cubanas se preguntan si estas acciones responden a un endurecimiento de las políticas migratorias o simplemente a la arbitrariedad del sistema.
¿Hasta dónde puede llegar la aplicación de la ley migratoria? Mientras Víctor espera tras las rejas, su esposa y su pequeño hijo claman por un milagro que les permita volver a estar juntos. #Inmigración #Cuba #ICE #DerechosHumanos