Un nuevo episodio violento sacudió las calles de La Habana en la madrugada de este lunes, cuando un ómnibus de la ruta P7, identificado con el número 715, se vio involucrado en un accidente tras un acto de agresión contra su conductor. El vehículo había salido como de costumbre desde la terminal del Parque de la Fraternidad, con destino final en El Cotorro.
La situación se tornó peligrosa cuando varios individuos atacaron al chofer, lo que hizo que perdiera el control del volante. El desenlace fue impactante: el ómnibus terminó estrellado contra una vivienda en plena Calzada de Luyanó, esquina con Ensenada, dentro del municipio Diez de Octubre.
Aunque el incidente fue reportado con rapidez por internautas del grupo de Facebook Transportación Habana TH, lo cierto es que la violencia del choque no dejó víctimas mortales ni heridos, algo que muchos agradecen, considerando la magnitud del impacto.
El hecho ocurrió alrededor de la 1:15 a.m., poco después de que el ómnibus saliera de una de sus paradas. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran el destrozo tanto del vehículo como de la casa contra la que impactó, evidenciando la gravedad del siniestro.
La Policía Nacional Revolucionaria (PNR) no tardó en llegar al lugar. Allí comenzaron a atender la emergencia y a levantar información para esclarecer lo ocurrido. Aunque no se conocen todavía todos los detalles del ataque, ya las autoridades están encima del caso.
Uno de los primeros en compartir la noticia fue el internauta Fernando Alonso, quien comentó en Facebook: “Dicen que el chofer fue agredido al salir de la parada, y por eso perdió el control, chocando de frente con una casa del otro lado de la calle. Venía desde el Parque de la Fraternidad, rumbo al paradero del Cotorro.”
Mientras tanto, el equipo técnico de Alberro se activó de inmediato, trabajando intensamente para rescatar el ómnibus y evaluar su posible reparación. La escena se convirtió en un ir y venir de especialistas tratando de poner orden en medio del caos.
Y como era de esperarse, la indignación popular no se hizo esperar. Muchos usuarios en redes sociales mostraron su preocupación por el creciente nivel de violencia en la ciudad, sobre todo en las madrugadas, cuando más se necesita del transporte público.
“Ahora la guagua hecha leña y la casa también. ¡Qué falta de respeto! Hasta pudieron matar a alguien, esto no puede seguir así”, opinó una comentarista visiblemente molesta.
Otros internautas fueron aún más tajantes: “¿Agarraron a esos asesinos? Porque eso son, asesinos”; “La delincuencia en Cuba va en aumento y a una velocidad que asusta”; “Va a haber que poner policías de civil armados en los ómnibus nocturnos. Esto no puede continuar así.”
Ante tantos llamados de alerta, empezaron a llover propuestas para frenar este tipo de agresiones. Desde juicios rápidos y sanciones severas, hasta medidas preventivas más visibles en el transporte, como reforzar la seguridad en horarios críticos.
“Juicio sumario, sin ningún beneficio, y que se publique en todos los medios”, pidió un usuario. Otro fue más radical: “Nada de rebajas ni favores. A trabajar en la agricultura o en la construcción. Esto ya se está volviendo rutina, y no podemos permitirlo.”
Hasta este momento, no se han revelado nuevos datos oficiales sobre lo sucedido ni sobre el estado actual del chofer o los responsables del ataque. El hecho, lamentablemente, no es un caso aislado dentro del transporte capitalino.
Vale recordar que, a finales de marzo, otro ómnibus de la misma ruta P7 fue objeto de violencia, esta vez en El Cotorro. En esa ocasión, fue apedreado alrededor de las 4 de la mañana, provocando daños en una de las ventanillas laterales.