Las cosas se ponen creativas en el aeropuerto José Martí. La Aduana cubana acaba de descubrir un nuevo método para traficar drogas: metanfetamina oculta dentro de bombillos recargables. Sí, ¡como lo lees! ¿El truco? La sustancia estaba envuelta en papel de aluminio y metida dentro de los dispositivos.
Wiliam Pérez González, vicejefe de la Aduana, lo confirmó en redes sociales, destacando la «experticia» de los oficiales para detectar este intento de contrabando. «Ingeniosa forma de enmascarar la droga», escribió, acompañando el mensaje con fotos del hallazgo.
Pero esto no es un caso aislado. Recientemente, se han interceptado cannabinoides sintéticos en hojas de papel escondidas en pañales, e incluso hachís dentro de pomos de champú. La creatividad de los traficantes no tiene límites, y las autoridades advierten que seguirán reforzando los controles en aeropuertos y puntos de entrada.
¿Por qué usan artículos cotidianos? Simple: la crisis energética y de productos básicos en Cuba hace que cosas como bombillos, pañales o champús sean artículos muy demandados y, por lo tanto, menos sospechosos.
Y no solo drogas… En marzo, la Aduana decomisó 2 kg de oro escondidos en una maleta con doble fondo. También han caído 890 blísteres de medicamentos controlados camuflados en cajas de sazones y 26.000 euros no declarados ocultos en un compartimento sellado con nailon.