En medio del desespero de los apagones que siguen azotando a la isla, el gobierno cubano salió este sábado a ponerle un poco de freno a las expectativas que han despertado los nuevos parques solares. Aunque la gente anda cruzando los dedos con cada inauguración, desde arriba ya dejaron claro que estos campos fotovoltaicos no van a resolver, por sí solos, la crisis energética que tiene al país al borde de la histeria.
Geider Mompié Rodríguez, quien dirige la Empresa Eléctrica de Granma, salió en los medios oficialistas a explicar que la única manera de aliviar el apagón diurno es que todos los parques se conecten y trabajen juntos, como si fuera un equipo de pelota sincronizado. Según él, cuando estén listos los 55 parques que están previstos para este año —y se sumen los que faltan hasta llegar a los 92 en 2026— ahí sí podríamos estar hablando de una mejora en el mediodía, cuando el sol está que raja piedras y el consumo se dispara.
Por ejemplo, el parque solar de La Sabana, que arrancó el 21 de marzo en Bayamo, está aportando unos 24 megavatios, lo cual suena bonito, pero eso no representa ni el 25% de lo que necesita Granma cuando el sol pica más fuerte. Para ser exactos, según el propio Mompié, la demanda en ese pico anda entre 100 y 120 MW, y La Sabana apenas llega a los 21.87 MW. O sea, un granito de arena en medio del desierto.
Además, soltó otro dato que dejó a más de uno con la ceja levantada: solo el 10% del equipamiento para almacenar esa energía está disponible. Y esos “bancos de baterías”, como les llaman, no están para aguantar largas horas de apagón, sino para estabilizar el sistema cuando algo se va del aire. Así que, por ahora, seguimos en las mismas.
Mientras tanto, en las redes, la gente no se quedó callada. En Facebook, donde compartieron la nota, los comentarios llovieron con frustración y sarcasmo. Muchos se preguntaban por qué, si ya hay varios parques funcionando, no se nota ningún cambio. Un cubano comentó con ironía que si esos parques no estuvieran conectados al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), y se dedicaran solo a alimentar su provincia, «ya los apagones se habrían aliviado». Pero como todo va a parar a la Red nacional, seguimos “a ritmo de conga y sin tumbadora”, aguantando los molestos apagones.
Otros incluso fueron más allá, diciendo que desde que los parques empezaron a operar, la cosa ha empeorado. Algunos mencionaron apagones de 10 y 12 horas, y hasta de 15 horas seguidas, mientras las termoeléctricas siguen aportando al SEN como pueden. Un internauta no se aguantó y soltó que “damos pena y vergüenza”. Y claro, no podía faltar quien asegurara que “todos los megavatios se los están mandando a La Habana”, como si el resto del país no existiera.
Para colmo, este sábado 5 de abril pinta peor que los anteriores. La Unión Eléctrica (UNE) informó que el déficit durante el horario pico podría llegar a los 1,635 MW, una cifra que incluso supera lo que se reportó el viernes, cuando ya el apagón alcanzó los 1,727 MW a las 8:10 p.m. Esa tendencia de fallar en sus propios pronósticos solo refuerza la desconfianza hacia una empresa que, para muchos, ya perdió toda credibilidad.
En resumen, mientras los parques solares se venden como la salvación, la realidad diaria sigue siendo un apagón tras otro, y la gente ya no sabe si reír o llorar con cada parte oficial. La promesa de la energía limpia suena linda, pero por ahora el calor, la oscuridad y la paciencia siguen siendo parte del menú diario del cubano de a pie.
