Un intento de feminicidio sacudió la tranquilidad de Calabazar de Sagua, en Villa Clara, cuando Gisela Reyes fue brutalmente atacada por su pareja, Lisbani García. El agresor, creyéndola muerta tras apuñalarla en el cuello, optó por quitarse la vida, dejando atrás un escenario de horror que hoy conmociona a la comunidad.
La víctima, milagrosamente con vida
A pesar de la violencia del ataque, Gisela fue encontrada aún respirando y trasladada de urgencia al hospital. Aunque no hay comunicados oficiales sobre su estado, rumores en redes sugieren que sigue luchando entre la vida y la muerte. Mientras, las autoridades locales investigan los detalles de este crimen pasional que pudo terminar en tragedia doble.
El silencio que grita
El caso ha revivido el debate sobre la violencia de género en Cuba, donde cada vez son más frecuentes los ataques contra mujeres por parte de sus parejas. Lo ocurrido con Gisela no es un hecho aislado, sino parte de una ola de feminicidios que sigue sin recibir la atención ni las políticas públicas necesarias para frenarla.
¿Dónde están las respuestas?
Mientras Gisela pelea por recuperarse, muchas se preguntan: ¿Cuántas más tendrán que sufrir antes de que el Estado actúe? La falta de datos oficiales y de campañas de prevención no hace más que normalizar esta violencia machista que ya es una emergencia nacional.
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