El mar devolvió lo que se había llevado. Juan Ramón Herrera Silva, «Cahelo», el pescador de 45 años que desapareció el domingo mientras buceaba en las aguas de Playa Verraco (Baconao), fue encontrado sin vida este miércoles tras una intensa búsqueda. Las autoridades confirmaron el hallazgo en una zona rocosa entre Playa Las Coloradas y Sigüa, poniendo fin a días de angustia para su familia.
Una búsqueda contra reloj
Desde que Cahelo no emergió después de su inmersión habitual de pesca submarina, equipos de rescate no pararon. Bomberos, Guardafronteras, especialistas de Salvamento y hasta vecinos se volcaron en la operación, que se complicó por el fuerte oleaje y vientos intensos en la zona. Aris Arias Batalla, de la Cruz Roja en Santiago, destacó en redes el esfuerzo colectivo: «Gracias a todos los que no bajaron los brazos».
El momento más duro
El cuerpo fue identificado en la mañana por su vestimenta y rasgos físicos, mientras Medicina Legal inició los trámites correspondientes. La familia, que permanecía en vilo desde el domingo en el puesto de control de Sigüa, ahora enfrenta el doloroso proceso de organizar las honras fúnebres. «Nuestras condolencias a quienes lo amaban», expresó Arias Batalla, reconociendo el vacío que deja este experto buzo del centro BIOECO, conocido por su amor al mar.
¿Qué pudo pasar?
Testimonios de vecinos revelan que Cahelo estaba acompañado por su suegro cuando desapareció en aguas del litoral santiaguero. Las corrientes traicioneras de la zona, sumadas a las condiciones climáticas, pudieron jugar en contra del experimentado pescador. Aunque las labores se suspendían cada noche, los equipos no claudicaron hasta encontrarlo.
Más que un pescador
La noticia corrió como pólvora en la comunidad costera, donde Juan Ramón era parte del paisaje humano. Su oficio no era solo sustento, sino una forma de vida arraigada en ese pedazo de Cuba oriental. Hoy, el mismo mar que lo vio crecer se llevó su cuerpo, pero no el recuerdo de quien vivió con los pies en la tierra y el corazón en el agua.