El gobierno cubano acaba de lanzar un «plan de perfeccionamiento» para sus políticas sociales y salariales, pero ¿será puro cuento o habrá cambios de verdad? 🤔 En medio de una crisis que no da tregua, el Ministerio de Trabajo promete revisar salarios, crear comisiones y hasta un nuevo Código de Trabajo, pero la gente, con la sartén por el mango y sin aceite, se pregunta si esto no será otro parche en un barco que hace agua por todos lados.
¿Qué dice el gobierno?
Según el anuncio oficial, se crearán comisiones a todos los niveles (nacional, provincial y municipal) para «proteger a los más vulnerables» y «mejorar la implementación de programas sociales». También hablan de redistribuir fondos salariales para retener trabajadores en el sector estatal. Pero aquí viene el detalle: ¡No hay plata nueva! Solo están moviendo lo que sobró de otros lados, lo que hace dudar si esto alcanzará para algo.
El fantasma de la desaparición del Instituto de Seguridad Social
En 2024, el gobierno borró del mapa al Instituto Nacional de Seguridad Social, y hasta ahora, nadie sabe quién cubre ese hueco. Ahora, con estas nuevas comisiones, ¿será que el Estado se lava las manos y deja la asistencia social en manos de «nuevos actores»? (léase: ¿empresas privadas o proyectos con fines de lucro?).
El nuevo Código de Trabajo: ¿Participación o imposición?
Otro punto caliente es el nuevo Código de Trabajo que están cocinando. Pero, ¿alguien le preguntó a los trabajadores? Porque hasta ahora, ni sindicatos independientes ni empleados han sido consultados, y eso preocupa. En un país donde los salarios no alcanzan ni para el pan, muchos temen que sea otra reforma hecha a la medida del gobierno, no de la gente.
Salarios por el suelo: ¿Habrá alivio?
El gobierno reconoce que hay «distorsiones» en los salarios del sector estatal (¡vaya novedad!). Pero mientras prometen «estudios integrales», los maestros, médicos y funcionarios siguen ganando migajas. Un médico cubano no llena un tanque de gas con su sueldo, y un profesor ni sueña con comprar zapatos nuevos. Y aunque ajustaron el tipo de cambio oficial, en la práctica, nadie ha visto mejoras.
¿Optimismo o escepticismo?
La gente está harta de promesas. Con una inflación galopante, escasez crónica y una emigración récord, muchos dudan que estos cambios sean más que palabras bonitas. ¿Será que esta vez sí habrá avances, o solo es otro anuncio para calmar los ánimos?