El polémico Alfredo Betancourt acaba de soltar la sopresa en TikTok que tiene a medio Miami con los nervios de punta. «Señores, llegó el día que tanto temíamos», anunció con visible frustración mientras revelaba que más de medio millón de personas -incluyendo miles de cubanos- están recibiendo la peor noticia de sus vidas: ¡su parole humanitario se les esfumó!
El golpe es duro y directo: A partir del 24 de abril, el gobierno estadounidense canceló todos los permisos de trabajo, licencias de conducir y estatus migratorio temporal que protegían a estos migrantes. «Lo peor es que muchos ni siquiera pueden acogerse a la Ley de Ajuste Cubano todavía», explicó Betancourt, destacando el drama de quienes no han cumplido el año y un día requerido.
Las redes estallaron con comentarios encontrados. «Esto es consecuencia de haber confiado en políticos que nunca pensaron en los migrantes», escribió un usuario mordaz. Otros, más compasivos, compartieron: «Tengo dos niños pequeños y ahora no sé qué hacer – el miedo me está ganando».
El caso de Diony Osniel López ejemplifica la crudeza de la situación. Este presentador cubano en Miami, que solo ha trabajado legalmente desde su llegada, recibió la orden de abandonar el país. «¿De qué sirvió tanto esfuerzo?», cuestiona entre lágrimas en sus redes sociales.
Los números son escalofriantes: Se estima que 26,000 cubanos podrían verse afectados inmediatamente, quedando en un limbo legal peligroso. Las notificaciones ya comenzaron a llegar, y con ellas, una ola de desesperación en la comunidad.
¿Fue esto previsible? Betancourt asegura que sí: «Llevaba meses advirtiéndolo, pero pocos quisieron escuchar». Ahora, el debate se centra en qué opciones reales tienen estos migrantes. Algunos abogados sugieren buscar protección bajo el TPS (Estatus de Protección Temporal), mientras otros consideran que la batalla legal será larga y costosa.
Lo cierto es que el sueño americano acaba de volverse más difícil para miles de familias cubanas. ¿Cómo reaccionará la comunidad? ¿Habrá marchas, recursos legales masivos? El tiempo -y la desesperación- lo dirán.