Diony Osniel López Díaz, un animador cubano que había encontrado refugio en Miami, amaneció con un golpe bajo: una notificación del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) que le ordena abandonar Estados Unidos antes del 24 de abril. El documento, que compartió en TikTok con mezcla de incredulidad y angustia, le revoca su parole humanitario y su permiso de trabajo, dejándolo en un limbo legal.
«Tengo que irme voluntariamente o enfrentar la deportación», confiesa Diony en su video, mostrando el papel que le cambió la vida de un día para otro. Lo más irónico: su esposa e hijos ya recibieron su green card, pero a él se la tienen «en veremos» desde octubre del año pasado. «¿Por qué a mí? ¿Y ahora qué hago?», se pregunta, mientras miles de cubanos en su misma situación se ven reflejados en su drama.
Un proceso migratorio lleno de grietas
Diony llegó a EE.UU. en marzo de 2023 bajo el parole humanitario, una medida que ahora el gobierno de Biden ha revocado abruptamente. Aunque aplicó a tiempo para el ajuste de estatus bajo la Ley de Ajuste Cubano, su residencia nunca llegó, mientras que su permiso de trabajo (que renovó en enero) sigue en trámite.
«Nos vendieron un sueño y ahora nos lo quitan», lamenta. «Si no podemos trabajar, ¿cómo pagamos la renta, el carro o hasta el internet?». La pregunta no es retórica: más de medio millón de migrantes podrían quedarse sin empleo, según estimaciones.
Redes sociales: Entre la solidaridad y la frustración
El video de Diony desató una ola de reacciones. Algunos le mandan ánimos: «Paciencia, mi hermano, que tu green card llegará». Otros, más críticos, señalan a la administración Biden: «Esto pasa cuando votan por gente que no nos quiere».
Una madre cubana escribe: «Estoy igual, con dos niños y la desesperación creciendo». Otro usuario, con tono resignado, comenta: «Así es la vida del migrante: siempre en el aire».
¿Error de trámite o falla del sistema?
En otro video, Diony explica que su abogado no le sugirió solicitar el permiso de trabajo junto con la residencia, un detalle que pudo cambiar su suerte. «Pensamos que lo habíamos hecho todo bien… pero aquí estamos», dice, mostrando solo un recibo de aplicación como prueba de su lucha legal.
Lo peor: ni siquiera sabe si los permisos de trabajo para exbeneficiarios del parole están congelados. Y con la nueva política migratoria, quienes no cumplan el «año y un día» requerido para la Ley de Ajuste Cubano (unos 26,000 cubanos, según cálculos) quedarán en riesgo de deportación.
Un mensaje final: Fe y resistencia
Entre lágrimas y suspiros, Diony cierra con un consejo para los que están en su misma situación: «Sigan adelante, busquen alternativas y no pierdan la esperanza». Pero también lanza un grito al cielo: «¿Hasta cuándo seguiremos pagando los platos rotos de un sistema que nos usa como moneda de cambio político?».
Mientras, en Washington, las decisiones se toman sin mirar a los de abajo. Y en Miami, una comunidad entera de cubanos aguanta el golpe, otra vez.