La vida le jugó una mala pasada, pero el amor fue más fuerte. Una joven cubana, radicada en Estados Unidos, se convirtió en viral en TikTok al compartir su decisión de volver a Cuba tras solo ocho meses fuera. ¿La razón? Su madre, postrada por una artritis reumatoide que la tiene en la lucha, empeoró de salud y necesitaba ayuda urgente.
«No es un regreso feliz, pero mi corazón está contento de ver a los míos», confesó @maibless3 entre lágrimas en uno de sus videos. Con la maleta llena de «lo que no se consigue ni con magia en Cuba», la joven empacó desde medicamentos hasta una freidora al vapor —sí, como lo oyes—, porque hasta el aceite escasea en la Isla.
La lista de lo que llevó da pena ajena: antibióticos, café, leche en polvo, lámparas recargables (pa’ los apagones, que no falten), caramelos pa’ endulzar la amargura y hasta un cargador portátil. «Si no lo traes, no lo tienes», comentó con esa crudeza que solo los cubanos entendemos.
Una madre que no puede esperar
Su mamá lleva más de 20 años peleando con la artritis, pero hace poco se cayó con las muletas y se dislocó un hombro. Para colmo, una herida en la pierna no le cierra ni con rezos. «Un mes y sigue abierta», contó la joven, con esa impotencia que te parte el alma.
Cuando le preguntaron si su regreso era para siempre, respondió: «Ojalá pueda volver a irme, pero ahora mi lugar está aquí». Entre maletas pesadas (pa’ que no les quiten nada en el aeropuerto) y despedidas aceleradas, su historia es un recordatorio de que la familia no tiene precio.
Redes sociales se vuelcan con apoyo
El video no solo se hizo viral, sino que desató una ola de solidaridad. Cubanos desde todos los rincones del mundo compartieron sus propias historias: «Mamá es una sola, hazle caso al corazón», le escribió una usuaria. Otros, desde Ecuador o España, confesaron: «Yo también me devuelvo, mis viejos no pueden solos».
Aquí no hay moralejas bonitas, solo la cruda realidad de los que se van «pa’lante» pero terminan volviendo «pa’trás» por amor. Como bien dijeron en los comentarios: «A una madre no se le dice adiós».