El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel estuvo este viernes de tour propagandístico en Villa Clara, donde inauguró con bombos y platillos el parque solar fotovoltaico de Remedios. Según el discurso oficial, esta obra —con capacidad de 21.8 megavatios— es parte de un «ambicioso plan» para llevar energía limpia a la provincia. Pero, como dice el refrán: «Del dicho al hecho, hay mucho trecho».
¿El sol al rescate?
Entre sonrisas y palmaditas en la espalda, Díaz-Canel aseguró que antes de julio Cuba sumará 560 MW de energía solar a su sistema eléctrico. «Casi nos llevamos el pico del mediodía», soltó con un optimismo que contrasta con la oscuridad constante que sufren los cubanos.
La prensa oficial no se quedó atrás: en un típico ejercicio de «realismo mágico», la Presidencia de Cuba tuiteó que este parque ahorrará 8 mil toneladas de combustible al año. Eso suena bien… si no fuera porque las termoeléctricas siguen hechas un desastre y el diesel escasea como agua en el desierto.
La cruda realidad detrás del show
Mientras el gobierno se saca selfies con paneles solares, en el central azucarero Abel Santamaría apenas generan 2.4 MW con una sola caldera funcionando. Empresas agrícolas, mineras y de materiales de construcción están paralizadas o a media máquina, víctimas de los mismos apagones que joden al pueblo.
«Obra estratégica», le llaman al parque de Remedios. Pero en un país donde el sistema eléctrico está colapsado, 21.8 MW son como echarle un vasito de agua al mar para subirle el nivel.
El mismo cuento de siempre
Díaz-Canel no decepcionó: habló de sacrificio, de historia patria y de «creatividad» para salir adelante. Lo que no dijo es cuándo dejarán los cubanos de vivir a oscuras.
La gente ya no se traga el cuento. Después de años de promesas incumplidas y soluciones mágicas que nunca llegan, los apagones siguen siendo el pan de cada día. ¿De qué sirve un parque solar si no resuelve el problema de fondo?
Villa Clara brilla… en el Noticiero Nacional
El reportaje del NTV mostró al gobernante sonriente y optimista, pero fuera de cámara, la gente sigue prendiendo velas y abanicándose en la oscuridad. Los parques solares son un paso, pero Cuba necesita mucho más que paneles fotovoltaicos para salir del hoyo energético.