La Pequeña Habana se llenó de voces y banderas este viernes cuando decenas de cubanos salieron a las calles para exigir la liberación de más de 1,150 presos políticos que siguen tras las rejas en Cuba. Con fotos, pancartas y nombres en alto, la marcha fue un grito colectivo contra la represión en la Isla.
La caminata arrancó en el Monumento a la Brigada 2506 y avanzó por la Avenida 13 hasta llegar al Museo de la Diáspora Cubana. «No es solo una protesta, es un camino que decidimos recorrer juntos», explicó la activista Anamely Ramos González, una de las organizadoras. «Cada paso que damos es un recordatorio de que no nos rendiremos».
Nombres que no se olvidan
Mientras avanzaban, los manifestantes leían en voz alta los nombres de los prisioneros, muchos de ellos encarcelados simplemente por exigir libertad de expresión. «No son números, son personas con familias que los esperan», gritaba un joven entre la multitud.
Entre los rostros más mencionados estuvieron Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo, figuras clave del Movimiento San Isidro. «Si soltamos de la mano a los presos políticos, perdemos el rumbo», advirtió Ramos, haciendo un llamado a mantener la unidad en medio de un clima tan dividido.
La protesta cruza el Atlántico
Pero Miami no fue el único escenario. En Barcelona, España, activistas como Avana de la Torre llevaron la lucha a la Feria Internacional de Turismo, donde desplegaron una gigantesca bandera con los rostros de los presos políticos.
«Cuba no está aquí en esta feria, pero su realidad tampoco puede esconderse», declaró De la Torre. Con imágenes que el régimen quisiera ocultar, los opositores recordaron al mundo que la Isla no es solo playas y mojitos, sino también censura y represión.
Un mensaje claro: «Libertad ya»
La marcha en Miami no fue solo un acto de protesta, sino un llamado a la reconexión de la comunidad cubana. «Reflexionamos sobre el país que no tenemos, pero que no hemos dejado de soñar», compartió una de las asistentes.
¿El mensaje final? Que aunque el régimen intente silenciar las voces, la diáspora cubana sigue firme, gritando por los que no pueden hacerlo. «Hoy marchamos, mañana seguiremos luchando», prometieron al unísono.