Después de varios días de incertidumbre y tensión, Laura de la Caridad González Sánchez, una joven cubana residente en Estados Unidos, finalmente recuperó su libertad. La muchacha, de 26 años, fue puesta en libertad este viernes tras haber permanecido detenida en un centro de inmigración en Florida.
Todo comenzó el pasado 10 de marzo, cuando Laura acudió a una cita rutinaria con ICE en Miramar, condado de Broward. Lo que parecía ser un trámite más se convirtió en una pesadilla: le informaron de una nueva medida y, sin más explicaciones, quedó detenida con riesgo de deportación. No fue la única en esa situación; ese día, aproximadamente 18 cubanos pasaron por lo mismo.
Desde que el caso de Laura salió a la luz, la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar se sumó a la causa, exigiendo su liberación. Este viernes, confirmó la esperada noticia y expresó su alivio por el desenlace.
«Desde el momento en que supe de lo que estaba pasando, invité a su madre a mi oficina y mantuve contacto constante con su familia. Hablé directamente con ICE y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para asegurarme de que fuera liberada, enfatizando que no tenía antecedentes penales», declaró Salazar en un comunicado.
La congresista destacó que Laura tiene un caso de asilo pendiente y que no representa ningún peligro para la sociedad. Además, instó a ICE a que deje de detener a cubanos con I-220A que no tengan antecedentes y estén esperando la resolución de sus solicitudes de asilo.
«Cuba sigue siendo una dictadura que persigue y tortura a los disidentes. No se puede jugar con la vida de quienes huyen buscando libertad», enfatizó la legisladora.
Laura llegó a Estados Unidos en septiembre de 2022, cruzando la frontera sur, como miles de cubanos que buscan un futuro mejor. Al ingresar, recibió el formulario I-220A, una medida que ha generado incertidumbre entre los migrantes. Su audiencia de asilo está programada para el 25 de diciembre de este año.
Su arresto despertó el temor entre sus familiares y la comunidad cubana en el exilio, que ve en estos casos un peligro latente de deportación. La noticia de su liberación fue recibida con alivio, especialmente entre quienes han seguido de cerca la lucha de los cubanos con I-220A.
La detención de Laura no pasó desapercibida. Frente a la oficina del abogado Eduardo Soto, encargado de su caso, se reunieron varias personas para exigir justicia y lanzar una pregunta al aire: “¿Por qué arrestan a personas inocentes que solo buscan escapar de una dictadura?”.
Por ahora, Laura podrá reencontrarse con su familia y seguir adelante con su proceso. Sin embargo, su caso es solo un reflejo de la incertidumbre que viven muchos cubanos en Estados Unidos.
