Si estás en Estados Unidos y te pasa por la cabeza salir del país—ya sea para una escapadita o para resolver algún asunto—mejor échale un vistazo a esto antes de comprar el boleto. Últimamente, las autoridades migratorias están más estrictas que nunca en aeropuertos y fronteras, y hasta quienes tienen residencia legal o visa en regla pueden encontrarse con sorpresas desagradables.
Si tienes tarjeta verde, es cierto que solo un juez puede quitártela, pero eso no significa que estás libre de problemas. Al llegar, los oficiales pueden hacerte preguntas incómodas, e incluso intentar revisar tu celular. Tienes derecho a negarte, pero eso puede hacer que el proceso se alargue bastante. Y si alguna vez tuviste problemas con la justicia—por pequeños que sean—piénsatelo dos veces antes de salir del país.
Para quienes viajan con visa temporal, la situación es aún más delicada. No basta con tener la visa aprobada, también hay que convencer a los oficiales de que todo está en orden. Si te piden tu celular o laptop, no puedes negarte sin arriesgarte a que te nieguen la entrada. Y si tu visa está vencida o en proceso de renovación, mejor ni te arriesgues.
Ahora bien, si viajas desde Cuba o algún otro país en la mira del gobierno estadounidense—como Venezuela, Irán o Siria—prepárate para una revisión más exhaustiva. Muchas personas han sido detenidas o sometidas a inspecciones secundarias solo por haber estado en estos lugares.
Antes de viajar, asegúrate de que tu estatus migratorio esté en orden, de que no tengas problemas legales pendientes y, si es posible, consulta con un abogado de inmigración, especialmente si tu caso de asilo es complicado. Y sí, pueden revisar tu celular o laptop sin previo aviso. Si eres residente o ciudadano, puedes negarte, pero eso podría retrasar tu entrada. En cambio, si viajas con visa, no hay opción: tendrás que entregarlo. Si te confiscan algo, pide el nombre y número del agente.
Siempre es bueno tener un plan B en caso de que las cosas se compliquen. Mantén a mano el contacto de un abogado o alguien de confianza que pueda ayudarte. Si no entiendes lo que te dicen, puedes pedir un intérprete. Y si te envían a inspección secundaria, avisa a alguien de inmediato.
Los ciudadanos estadounidenses siempre tienen acceso garantizado al país, pero para los residentes y quienes tienen visa, la situación puede ser incierta. La clave está en prepararse bien y conocer tus derechos para evitar sorpresas desagradables. Si tienes dudas, no dudes en buscar asesoría legal antes de viajar.