El sueño americano se le está convirtiendo en pesadilla a más de un cubano con formulario I-220A. En un video que ha sacudido las redes, un compatriota nuestro rompió en llanto mientras confesaba: «Vine a trabajar honradamente, no me quiero ir». El clip, subido por @yuniordtv, le ha dado voz a miles que viven con el alma en un hilo.
Esto del I-220A suena a chino mandarín, pero es simple: es ese papelito que te da ICE diciendo «ok, puedes quedarte… por ahora». El problema es que con las nuevas leyes, ese «por ahora» parece que se está acortando más que la cola del pan en La Habana.
El drama es real y palpable. El cubano del video, con la voz quebrada, soltó verdades como puños: «Aquí estoy rompiéndome el lomo día tras día, ¿y ahora me quieren botar?». Sus palabras resonaron tan fuerte que hasta los más duros se les humedecieron los ojos. «No todos somos delincuentes -gritó-, algunos solo queremos darle mejor vida a nuestra familia».
Las redes ardieron como cafetera eléctrica en apagón. Los comentarios no se hicieron esperar: «Esto duele porque es la pura verdad», escribió una madre de dos niños nacidos en USA. «Nosotros no vinimos a molestar, vinimos a aportar», remarcó un constructor de Hialeah. Hasta un abuelito comentó: «En mis tiempos esto era tierra de oportunidades, ahora es tierra de despedidas».
El miedo corre más rápido que el rumor del pollo en oferta. Muchos cubanos con este estatus viven con las maletas medio hechas, sin saber si mañana ICE les tocará la puerta. Lo más cruel es que son gente que paga sus taxes, cría hijos americanos y mantiene abiertos sus negocios.
Mientras tanto en Washington, los políticos discuten leyes más duras, sin importarles que detrás de cada caso hay una historia de sacrificio. Como la de nuestro compatriota del video, que al final del clip dejó caer esta perla: «Si me deportan, me voy… pero con la frente en alto, porque robarme ni un chícharo».