¡Qué cosa es esto! Actriz cubana Ana Luisa Rubio acusa a la prima que le dio cobijo tras ser desalojada en Miami y la envía a prisión

Redacción

La solidaridad de la comunidad cubana en Miami es cosa seria. Cuando se trata de echar una mano, los nuestros no se quedan atrás. Pero a veces, las historias dan giros que ni el mejor guionista podría predecir. Eso fue exactamente lo que pasó con el caso de Ana Luisa Rubio, la actriz cubana de más de 70 años que había captado la atención de muchos tras aparecer en un programa pidiendo ayuda.

El comienzo: Una llamada de auxilio

Todo empezó cuando Ana Luisa, sola y en situación de calle, pidió apoyo para encontrar un techo y resolver su situación migratoria. La respuesta no se hizo esperar: decenas de personas ofrecieron ayuda económica, gestiones legales y hasta comida. Entre ellas, Noelia, una prima de 86 años que, con un corazón más grande que La Habana, la acogió en su casa sin pedir nada a cambio.

Pero, como dice el refrán, «no todo lo que brilla es oro».

El giro inesperado: ¿Ayuda o pesadilla?

Lo que parecía un gesto de familia terminó en caos. Según relatan los involucrados, Ana Luisa y Noelia tuvieron una fuerte discusión que terminó con la policía de por medio. La versión de Ana Luisa fue que Noelia la tenía «secuestrada». La versión de la familia? Que Ana Luisa, en medio de una crisis, agredió a su prima y se negó a abandonar la casa.

El resultado: Noelia, una señora mayor con problemas del corazón, pasó la noche en un banco de la cárcel, mientras Ana Luisa se quedó en la vivienda, negándose a salir.

«Es tremendo el lío», cuenta Javier, hijastro de Noelia y copropietario de la casa, quien ahora no puede entrar a su propio hogar porque Ana Luisa no lo permite. «La policía dijo que, como ella lleva más de 12 horas ahí, tiene derecho a quedarse hasta que un juez ordene lo contrario».

La otra cara de la moneda: La familia que Ana Luisa dijo no tener

Uno de los detalles más sorprendentes fue descubrir que Ana Luisa  tiene familia en Miami, algo que ella había negado. Según sus parientes, la relación estaba rota desde hace años por problemas de convivencia y actitudes conflictivas.

«Nos enteramos de que hay tres hermanos, sobrinos… pero ninguno quiere contacto con ella», explican. «Es duro, pero es la realidad».

El intento de ayuda profesional: «No estoy loca»

Ante la gravedad de la situación, una psicóloga, la doctora Vivian González, se acercó para ofrecerle ayuda médica. Pero Ana Luisa rechazó todo. «No quiero ir a ningún hospital, no estoy mal», insistió, cambiando su actitud de agradecida a agresiva en segundos.

La profesional incluso firmó una orden de Baker Act (un procedimiento para internamiento psiquiátrico obligatorio), pero Ana Luisa se encerró en la casa y la policía no pudo ingresar sin una orden judicial.

¿Y ahora qué?

Mientras Noelia espera ser liberada (y no podrá volver a su casa hasta que se resuelva el caso), Ana Luisa sigue ahí, encerrada, negándose a recibir ayuda. Javier tendrá que llevar el caso a corte para recuperar su propiedad.

«Es triste, pero ya hicimos lo que pudimos», dicen los voluntarios que iniciaron la campaña de ayuda. «Ella necesita atención médica urgente, pero si no la acepta, no podemos obligarla».

La verdad del caso de Ana Luisa Rubio y su prima Noelia en prisión.

Reflexión final: ¿Ayudar sin preguntar?

Esta historia deja una pregunta incómoda: ¿Hasta dónde debe llegar la solidaridad cuando la persona ayudada no quiere ser ayudada?

Lo que es seguro es que, como buen cubano, «el que no tiene de congo, tiene de carabalí». Las familias tienen sus historias, sus secretos y sus dolores. Y a veces, ni con todo el corazón del mundo se pueden resolver.

Por ahora, solo queda esperar que Ana Luisa acepte la ayuda que necesita… y que Noelia, esa señora de 86 años que solo quiso hacer el bien, pueda volver a su hogar en paz.

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