Miguel Díaz-Canel admitió este martes que Cuba tendrá que lidiar con una dolarización parcial de su economía, mientras el gobierno intenta redefinir su política monetaria ante el caos financiero y el descontrol de los precios que afectan a los cubanos de a pie.
«Nos toca seguir buscando soluciones dentro de todas estas distorsiones que generó el ordenamiento. Hay que pensar en una unificación cambiaria más flexible y realista», expresó el mandatario en un encuentro con directivos bancarios, transmitido por Canal Caribe.
La realidad de la dolarización
Díaz-Canel reconoció que la estrategia monetaria actual está lejos de ser efectiva y que urge una revisión profunda. «Tenemos que actualizar la política monetaria y analizar su estado actual en las próximas semanas o meses», comentó.
El líder del gobierno también abordó la dolarización, no como un fenómeno pasajero, sino como una condición con la que hay que aprender a convivir y que, en sus palabras, podría ser un «incentivo» si se maneja adecuadamente dentro del sistema financiero. «Debemos encontrar formas de controlar la inflación y aprovechar la dolarización parcial para captar más divisas«, señaló.
Además, subrayó la importancia de vincular la actividad bancaria con la producción nacional y lograr una mayor coordinación entre las políticas monetarias, fiscales y sociales, con el fin de sostener el modelo económico socialista que defiende su gobierno.
Promesas sin soluciones concretas
A pesar de insistir en la modernización del sistema bancario y la transición hacia la digitalización, Díaz-Canel evitó referirse a problemas prácticos como la escasez de efectivo, el colapso de los cajeros automáticos y el rechazo generalizado a los pagos electrónicos.
En la reunión también participaron Juana Lilia Delgado, presidenta del Banco Central de Cuba (BCC), y otros funcionarios del sector, quienes admitieron que el panorama financiero es crítico. Se reconocieron problemas como la disminución alarmante de los depósitos en pesos cubanos, el aumento imparable de la inflación y el colapso de la banca ante la alta demanda de efectivo. Todo esto ha provocado, según el informe oficial, una «pérdida de confianza en las instituciones«.
Ian Pedro Carbonell, director de Políticas Macroeconómicas del BCC, mencionó la creación de un nuevo sistema para gestionar y asignar divisas, con la meta de recuperar la estabilidad del sistema de pagos y permitir a los actores económicos completar sus ciclos productivos.
La brecha entre discurso y realidad
Sin embargo, los problemas estructurales siguen intactos. La dolarización informal, la caída del valor del peso cubano y la falta de acceso oficial a divisas han fortalecido el mercado negro, debilitando aún más el sistema financiero estatal.
Aunque el discurso del gobierno se centró en la «actualización monetaria», no se dieron fechas ni detalles concretos sobre cómo ni cuándo se implementarán estos cambios.
Tampoco se mencionó el descontento de la población, que enfrenta a diario el impacto de la inflación y la dolarización en los precios de los productos básicos.
Mientras tanto, el peso cubano sigue en picada y los ciudadanos ven cómo su salario pierde valor día tras día, sin acceso fácil a divisas y con un mercado informal que se escapa cada vez más de su alcance.