Eduardo Núñez González, un cubano con nacionalidad española que ha vivido en Estados Unidos por más de una década, fue arrestado por agentes federales el pasado 20 de marzo justo frente a su casa en North Miami. Desde entonces, su esposa, Vilma Pérez Delgado, no ha dejado de buscar explicaciones sobre el motivo de su detención ni ha logrado verlo de nuevo.
Un arresto inesperado y sin explicaciones
Todo ocurrió temprano en la mañana de aquel jueves. Eduardo salió como de costumbre a sacar la basura cuando varios agentes se le acercaron y lo detuvieron a pocos pasos de su casa. El momento quedó registrado en la cámara de seguridad de la familia.
«Lo sujetaron contra el cubo de la basura, sin leerle sus derechos ni pedirle documentos», denunció su esposa. Minutos después, los agentes, vestidos con chaquetas del FBI, tocaron a su puerta a las 7:30 a.m., pero se negaron a explicarle por qué se lo llevaban. «Pregunté si podía despedirme de él y me dijeron que no, que ya estaba detenido», recordó Vilma con la voz entrecortada.
Más de 10 años en EE.UU. y un proceso migratorio frustrante
Vilma y Eduardo llegaron a EE.UU. hace más de una década desde España. Aunque ambos tienen nacionalidad cubana y española, solo Vilma logró regularizar su estatus bajo la Ley de Ajuste Cubano, convirtiéndose en ciudadana estadounidense. Eduardo, por su parte, ha tenido que renovar permisos de trabajo mientras intentaba obtener la ciudadanía, pero su caso ha estado marcado por retrasos, pérdida de documentos y burocracia interminable.
«Las mismas circunstancias que tuvo él, las tuve yo, y ya soy ciudadana», explicó Vilma, quien detalló que la primera solicitud de su esposo tardó siete años en recibir respuesta, solo para descubrir que su expediente se había perdido. En 2023, presentaron una nueva solicitud, pero en mayo de 2024 las autoridades pidieron documentos actualizados, incluyendo un ticket de tráfico de 2017 en Naples por exceso de velocidad.
«Lo único que ha hecho es lo que cualquiera: pasarse un poco de la velocidad permitida. Le pusieron una multa y la pagamos», dijo su esposa.
Cinco días en Krome y traslado a Broward
Tras su arresto, Eduardo fue llevado al Centro de Detención de Krome, donde permaneció cinco días en condiciones preocupantes.
«Estuvo sin cama, sin comida ni agua adecuada. Estoy alarmada, porque no es solo mi esposo, hay mucha gente allí en condiciones inhumanas», denunció Vilma. Posteriormente, fue trasladado al Centro de Transición de Broward, pero hasta ahora la familia sigue sin saber de qué se le acusa exactamente.
Apoyo de la comunidad y denuncias sobre el sistema migratorio
Vilma ha reunido más de 500 firmas en apoyo a su esposo y ha recibido el respaldo de activistas de derechos civiles como la abogada Katie Blankenship, quien advierte sobre un preocupante patrón de arrestos arbitrarios.
«Estamos viendo casos de personas detenidas solo por violaciones menores de tráfico, e incluso algunos que ni siquiera han tenido contacto con la policía», señaló Blankenship, quien también denunció la situación en Krome. «El centro está sobrepoblado, hay gente durmiendo en el suelo, hacinada, sin acceso adecuado a baños. Es una violación de los derechos humanos».
La abogada recomendó a las familias conocer bien sus derechos. «Si agentes de ICE llegan a su casa sin una orden judicial, no están obligados a abrir la puerta ni responder preguntas. Hay que tomar precauciones».
«Él no ha cometido ningún delito»
Vilma sigue firme en su lucha por respuestas. «Mi esposo no tiene antecedentes penales ni en Cuba ni en Estados Unidos. Lo único que ha hecho es manejar un poco rápido y pagar una multa. Eso no es razón para esto».
La familia espera que las autoridades aclaren pronto la situación de Eduardo. Mientras tanto, Vilma sigue usando todas las herramientas a su alcance para exigir justicia. «Soy su esposa, merezco una explicación», concluyó.