Miguel Díaz-Canel reconoció este martes que la economía cubana no tiene otra opción que «convivir con la dolarización parcial», mientras el gobierno busca una nueva estrategia para intentar controlar el caos financiero y la desbordada inflación que afecta a la población.
«Tenemos que seguir buscando soluciones en medio de todas estas situaciones y de las distorsiones que nos dejó la implementación del ordenamiento. Hay que trabajar en una unificación cambiaria que sea más flexible y realista«, expresó el mandatario durante un encuentro con directivos del sistema bancario nacional, transmitido por Canal Caribe.
La política monetaria necesita cambios urgentes
Díaz-Canel reconoció que las actuales medidas económicas han quedado obsoletas y necesitan una revisión inmediata: «En las próximas semanas o meses, tenemos que hacer una evaluación del estado real de nuestra política monetaria y actualizarla».
Sobre la dolarización, afirmó que es un fenómeno que debe asumirse y que incluso podría traer beneficios si se gestiona correctamente dentro del sistema financiero oficial. «Tenemos que ver cómo podemos controlar la inflación y convertir la dolarización parcial en un mecanismo que ayude a la captación de divisas», agregó.
Un sistema financiero en crisis
El mandatario también se refirió a otros retos que enfrenta el sistema bancario cubano: «Debemos encontrar formas de estimular la producción nacional desde la actividad financiera y coordinar la política monetaria con las políticas fiscales y sociales, porque estamos en un proceso de construcción socialista», enfatizó, justificando así la intervención del Estado en la economía.
A pesar de la retórica oficial, no se anunciaron medidas concretas para resolver problemas urgentes como la escasez de efectivo, la crisis de los cajeros automáticos y la desconfianza generalizada hacia los pagos electrónicos.
El encuentro contó con la participación de Juana Lilia Delgado, presidenta del Banco Central de Cuba (BCC), y otros funcionarios del sector, quienes reconocieron el complicado escenario que atraviesa la banca en 2024. Se admitió una alarmante caída de los depósitos en pesos cubanos (CUP), el avance imparable de la inflación y la creciente demanda de efectivo, lo que ha «deteriorado la confianza en las instituciones bancarias», según el reporte oficial.
El peso cubano sigue en caída libre
Por su parte, Ian Pedro Carbonell, director de Políticas Macroeconómicas del BCC, aseguró que se está trabajando en un nuevo mecanismo para la gestión y asignación de divisas con el objetivo de restablecer la funcionalidad del sistema de pagos y permitir que los actores económicos completen sus ciclos productivos. Sin embargo, en la práctica, los problemas estructurales persisten.
El peso cubano sigue perdiendo valor frente al dólar, mientras el acceso a divisas sigue siendo casi exclusivo del mercado informal, que ha ganado terreno debido a la incapacidad del gobierno de ofrecer soluciones viables.
A pesar del discurso oficial, el gobierno no ofreció respuestas claras sobre cómo enfrentará la crisis monetaria ni se mencionaron fechas concretas para la implementación de las nuevas medidas. Tampoco se abordó el malestar creciente de la población ante la inflación y el impacto de la dolarización en los precios de bienes y servicios esenciales.
Mientras tanto, el salario promedio de los cubanos se devalúa cada día más, y la incertidumbre sobre el futuro de la economía sigue marcando el panorama de la isla.