Hablar en Cuba puede costarte la libertad. Alexander Mario Fábregas Milanez, un joven de 35 años, acaba de ser condenado a 7 años de prisión en Santa Clara, Villa Clara, tras haber criticado al régimen cubano en redes sociales y convocado a protestas pacíficas.
La sentencia, dictada por la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Provincial, ha generado indignación dentro y fuera de la isla, con organizaciones de derechos humanos denunciando el caso como una muestra más de la persecución contra la disidencia.
¿De qué lo acusan?
Según el fallo, Fábregas Milanez habría realizado varias transmisiones en vivo en Facebook en las que llamaba a los cubanos a salir a las calles y apoyaba a los presos políticos.
Los registros del juicio detallan que sus publicaciones recibieron entre 30 y 22 reacciones, entre 50 y 383 comentarios y fueron compartidas entre 19 y 167 veces. Además, fueron amplificadas por tres canales de YouTube.
Si bien estas cifras son modestas comparadas con los más de 10 millones de habitantes que tiene Cuba, el tribunal consideró que sus publicaciones atentaban contra la estabilidad del Estado socialista.
Un juicio marcado por la represión
El proceso contra Alexander se realizó dentro de la Causa número 11 de 2024, con jueces que han sido señalados por su alineación con el régimen. Fue representado por un abogado designado por el propio sistema judicial cubano.
Además, no es la primera vez que enfrenta represalias. En 2021, tras las históricas protestas del 11 de julio, fue condenado a nueve meses de prisión por desorden público.
El doble discurso del régimen cubano
Mientras en Cuba se condena a un joven por expresar sus ideas en redes, el propio Miguel Díaz-Canel apoyaba públicamente las protestas en Argentina contra el gobierno de Javier Milei.
Este doble estándar pone en evidencia la política del régimen: apoyar la protesta en el extranjero, pero reprimir cualquier intento de manifestación en casa.
Leyes mordaza y control absoluto
La sentencia de Fábregas Milanez se enmarca dentro de un creciente endurecimiento de las leyes mordaza en Cuba, que penalizan cualquier publicación en redes considerada contraria al gobierno. Estas leyes han permitido:
- Condenas de cárcel para quienes expresen opiniones críticas.
- El decomiso de bienes de los infractores.
- La persecución sistemática de activistas y periodistas independientes.
¿Hasta cuándo la represión?
El caso de Alexander Fábregas Milanez no es el único, pero sí un reflejo del uso del sistema judicial cubano para silenciar cualquier voz incómoda.
Mientras la comunidad internacional sigue denunciando estos atropellos, dentro de la isla, cualquier palabra fuera de la línea oficial puede costar años de cárcel.