Si creías que los apagones en Cuba eran cosa de horas, prepárate: en algunas provincias la luz se despide por más de 20 horas al día, dejando a medio país sudando en la oscuridad. Pero eso sí, según el presidente Miguel Díaz-Canel, el gobierno no tiene nada que ver con este desastre.
En un discurso televisado que dejó a muchos con la boca abierta, el mandatario aseguró que «no hay dinero» para arreglar el problema energético. Mientras, los cubanos se preguntan: ¿Y el dinero para los hoteles de lujo y los megaproyectos turísticos?
Petróleo en crisis: Cuba produce solo un tercio de lo que necesita
El Ministerio de Energía y Minas tiró la bomba: la producción nacional de petróleo apenas cubre el 30% del consumo. Con 40,000 barriles diarios, el país no da abasto, y para colmo, en 2024 la producción cayó en 138,000 toneladas por falta de recursos.
Vicente de la O Levy, ministro del sector, lo admitió sin pelos en la lengua: más de la mitad del combustible disponible se quema en generar electricidad. O sea, el país vive al día, sin reservas y con una factura energética que ahoga la economía.
Turismo vs. Pueblo: ¿Dónde están las prioridades?
Mientras los hospitales se quedan sin medicinas y la gente hace colas eternas para comprar comida, el gobierno sigue invirtiendo a lo loco en resorts y hoteles de lujo. Los números no mienten: el turismo sigue siendo la prioridad, aunque eso signifique dejar a los cubanos sin luz, sin comida y sin esperanza.
Y aunque hablan de energías renovables y de reformar el sistema eléctrico, nadie explica de dónde saldrá el dinero para semejante proyecto. ¿Otro cuento más? Para expertos como el economista Pedro Monreal, esta crisis no es casualidad, sino decisión política.
Apagones que encienden protestas
La gente ya no aguanta más. El 11 de julio del 2021, Nuevitas en 2022, y ahora Santiago de Cuba en marzo 2024 son solo algunas de las explosiones sociales que han nacido al calor de los apagones.
El PIB cayó un 1,9% en 2023, y este año no hay señales de mejora. Pero mientras la economía se hunde, la respuesta del gobierno es más silencio… y más hoteles.
¿Hasta cuándo?
Los cubanos están cansados de promesas vacías. Quieren soluciones, no excusas. Si el dinero no alcanza, ¿por qué no se ajustan las prioridades?
Mientras, la pregunta que ronda en las calles es clara: ¿Cuánto más tendrán que aguantar antes de que algo cambie?