El caso de Beatriz Monteagudo Castillo ha generado indignación entre la comunidad cubana en Estados Unidos. A sus 26 años, esta joven que llegó con un I-220A y solicitó asilo, ahora se encuentra presa en San Diego, California, tras ser arrestada el pasado 10 de marzo cuando asistió a una cita con ICE en Miramar (Broward). Desde su celda, Beatriz ha compartido su desgarradora historia y la incertidumbre que vive día a día.
“No tengo delitos, pero estoy presa”
Desde la cárcel de Otay Center, en San Diego, Beatriz describe su situación como “horrible” y “desesperante”. No entiende por qué fue arrestada si no ha cometido ningún delito y su proceso de asilo estaba en marcha.
«Es inevitable pensar en todo desde que llegué a este país hasta ahora. A veces tengo fe en que voy a salir, en que podré pagar un abogado y ganar mi caso. Pero otras veces, las historias que escuchas aquí te destrozan. No sabes qué va a pasar y eso te consume”, contó en declaraciones a CiberCuba.
Beatriz comparte celda con mujeres acusadas de delitos menores, pero asegura que su único “crimen” fue haber buscado una vida nueva en libertad.
Una vida que quedó en pausa
Graduada como técnico en Ciencias Médicas en Cuba, Beatriz cruzó la frontera de México con un propósito claro: trabajar, estudiar y construir un futuro en Estados Unidos.
«Nunca pensé en regresar a Cuba. Yo solo quería hacer mi vida aquí, tener mi residencia y un estatus legal. No tengo antecedentes, no he hecho nada malo. Solo quería empezar de cero y darle a mis hijos la oportunidad de nacer en un país libre”, expresó.
Pero ahora su vida está detenida, atrapada en un proceso legal donde los abogados no le dan respuestas y las cortes siguen sin cambiar su caso a California.
Un limbo legal sin solución a la vista
Las detenidas con I-220A en el Otay Center viven en la incertidumbre. Según Beatriz, los jueces de Miami ya no tienen jurisdicción sobre estos casos, lo que complica aún más su situación.
«Supuestamente, la fianza hay que ponerla ante un juez, pero al no pasarnos la Corte para acá, no podemos hacer nada. ICE no da respuestas, y mientras tanto, seguimos aquí sin saber qué pasará con nosotras”, relató.
Su familia pide ayuda
Ante la desesperación, un amigo de Beatriz creó una campaña en GoFundMe para reunir fondos y pagar un abogado. Hasta ahora, han logrado recaudar 3,600 dólares, pero aún falta mucho para costear su defensa. Su madre ha pedido apoyo, especialmente a la comunidad de cubanos en Estados Unidos, para que su hija tenga una oportunidad de luchar por su caso.
El debate sobre los I-220A y la intervención política
El reconocido abogado de inmigración Willy Allen afirmó en una entrevista que los cubanos con I-220A no serían detenidos ni deportados. Sin embargo, la realidad ha sido otra, con múltiples arrestos en los últimos meses.
La congresista María Elvira Salazar intervino en el caso y conversó con altos funcionarios de ICE para frenar las detenciones. Además, ha prometido impulsar una solución legal para que los cubanos con I-220A puedan acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
Según Allen, esto podría resolverse sin necesidad de una nueva ley, solo con una orden administrativa del Departamento de Seguridad Nacional que permita reconocer que los cubanos con I-220A cumplen los requisitos del Ajuste.
Beatriz sigue esperando justicia
Desde su celda, Beatriz mantiene su determinación de luchar por su futuro. Aunque la incertidumbre la consume, sigue aferrada a la esperanza de salir y cumplir su sueño de una vida nueva en libertad.
«Quiero construir mi vida aquí. Salí de Cuba para empezar de cero y darle un mejor futuro a mis hijos. Solo quiero que se haga justicia”, concluyó.