En un dramático giro de los acontecimientos, Yanisley Oliva, madre de tres niños pequeños, denunció a través de sus redes sociales que el gobierno de Cuba cortó el servicio eléctrico en el local que ocupa en Las Tunas. El objetivo parece claro: presionarla para que abandone el inmueble estatal que, según ella, estaba completamente abandonado.
¿Por qué ocupó el local?
En su publicación de Facebook, Oliva explicó que había solicitado ayuda habitacional por más de dos años, pero nunca recibió respuesta. En ese tiempo, vivió en condiciones de hacinamiento con su familia: compartía una casa con once personas, donde no había espacio ni siquiera para dormir en camas, por lo que todos se acomodaban en la sala.
La situación se volvió insostenible, y tras la falta de opciones, Oliva decidió ocupar un local estatal abandonado en Las Tunas. Según relató, no rompió ni forzó ninguna puerta, ya que el acceso era relativamente fácil: la puerta trasera estaba entreabierta, con la llave puesta. “Me vi obligada a ello”, escribió, visiblemente afectada.
El impacto del corte de electricidad
A pesar de las dificultades previas, lo que más ha golpeado a Oliva fue el corte del servicio eléctrico. Esto no solo la dejó sin luz, sino que la imposibilitó de cocinar para sus hijos, quienes dependen de ella para una alimentación adecuada. El corte de electricidad fue, según Oliva, una medida de presión para desalojarla y dejar la propiedad.
Una madre con múltiples desafíos
Oliva no solo enfrenta la falta de vivienda, sino también problemas de salud graves. Padece taquicardia paroxística supraventricular, una condición que le ha puesto la vida en riesgo en varias ocasiones. Además, su hija más pequeña, de solo 5 años, necesita atención médica urgente por problemas de salud derivados de su prematuridad al nacer. La madre también denunció que, a pesar de su situación, nunca ha recibido apoyo de un trabajador social ni ayuda institucional.
Un grito de desesperación
En su publicación, Oliva apeló directamente a las autoridades más altas del país, incluyendo al presidente Miguel Díaz-Canel, pidiendo ayuda y destacando su historia familiar, ya que su padre trabajó durante 35 años en el Ministerio del Interior. A través de sus redes, la madre hizo un llamado a que su denuncia llegara a las máximas instancias del gobierno.
La cruel realidad de muchos cubanos
La denuncia de Yanisley Oliva no es un caso aislado. La crisis de vivienda en Cuba ha alcanzado niveles alarmantes, y muchos ciudadanos se ven obligados a vivir en condiciones precarias. A pesar de los esfuerzos del gobierno para desalojar a las personas que ocupan propiedades abandonadas, la falta de alternativas habitacionales para los cubanos sigue siendo un problema creciente. En varios casos recientes, madres solteras con niños pequeños han sido desalojadas de sus hogares sin ningún tipo de reubicación, dejando a las familias en una situación aún más vulnerable.
Un final incierto
Mientras la situación de Yanisley sigue sin resolverse, el corte de electricidad ha intensificado la presión sobre ella y sus hijos. El gobierno cubano ha implementado medidas más estrictas para desalojar ocupantes ilegales de propiedades estatales, pero no parece haber soluciones claras para aquellos que no tienen adónde ir.
Es un recordatorio de la difícil realidad que enfrentan muchas familias cubanas, especialmente las que luchan contra la falta de vivienda y el desinterés institucional.