Este verano, los cubanos podrían experimentar una ligera mejora en el servicio eléctrico, según las últimas promesas del gobierno, pero no se ilusionen demasiado. Aunque la incorporación de parques solares en todo el país podría aliviar parcialmente la situación, la verdad es que los apagones seguirán siendo una constante.
Más promesas, menos soluciones
El ministro cubano de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, apareció en una entrevista reciente para anunciar que el gobierno está tomando medidas para mejorar la situación del sistema eléctrico. Según él, la instalación de 46 parques solares fotovoltaicos con capacidad para generar hasta 1,000 megawatts podría reducir los apagones, pero no eliminarlos por completo. Esta “solución” temporal no resuelve los problemas estructurales que han afectado al sistema durante años.
El trasfondo de los apagones en Cuba
Y es que los problemas del sistema eléctrico cubano no son menores. Según De la O Levy, la falta de inversión, el deterioro de las termoeléctricas y la escasez de piezas de repuesto han sido factores determinantes en la crisis. A esto se suma la caída en la producción de crudo, que ha dejado al país dependiendo más que nunca de las importaciones para sostener la generación de electricidad. El resultado es claro: los apagones siguen siendo un dolor de cabeza para los cubanos, sin una solución inmediata a la vista.
El impacto de los apagones en la vida diaria
Aunque el gobierno se afirme que los parques solares pueden mejorar las cosas a corto plazo, la realidad es que los cubanos siguen lidiando con apagones de más de 20 horas al día en varias provincias. Este escenario afecta gravemente tanto la vida cotidiana como la economía, que en 2023 experimentó una caída del 1.9%. Además, la falta de energía interrumpe la producción, contribuyendo al malestar generalizado y alimentando las tensiones sociales.
¿Una solución parcial o solo un parche?
El gobierno cubano ha apostado por las energías renovables, con el apoyo de China, y ha planificado instalar 100 parques solares hasta 2031, lo que debería aportar una capacidad total de 2,000 megawatts. Pero con los problemas estructurales tan arraigados en el sistema eléctrico, este plan parece más un parche que una solución definitiva. Mientras tanto, los cubanos siguen esperando una mejora real en su día a día, lejos de las promesas gubernamentales.
La dura realidad: los apagones como catalizadores de la protesta social
Los apagones no solo afectan la vida diaria, también han sido uno de los principales motores de las protestas más significativas contra el gobierno en los últimos años. Desde las manifestaciones del 11 de julio de 2021 hasta las recientes protestas en Santiago de Cuba, la falta de electricidad ha sido un tema recurrente que pone de manifiesto la falta de respuestas efectivas por parte del régimen.
Aunque el gobierno habla de soluciones temporales, los cubanos siguen viviendo con la incertidumbre de cuándo (y si) sus vidas mejorarán. Y mientras tanto, los apagones continúan siendo un recordatorio de que el sistema eléctrico del país sigue necesitando mucho más que solo promesas para mejorar.
