Cuba se encuentra en medio de una nueva cruzada judicial. El gobierno de Miguel Díaz-Canel ha ordenado aplicar juicios ejemplarizantes contra quienes cometan delitos graves, especialmente dentro de instituciones estatales. La medida forma parte del Ejercicio Nacional de Prevención y Enfrentamiento al Delito, una estrategia que busca reforzar el control social en tiempos de crisis.
¿Qué significa “juicios ejemplarizantes”?
El término no es nuevo en el lenguaje del régimen cubano. Básicamente, se trata de procesos judiciales con castigos severos para “dar el ejemplo” y disuadir a otros de cometer delitos. Díaz-Canel exigió respuestas “contundentes” ante robos, vandalismo y corrupción, asegurando que los culpables enfrentarán la justicia con total severidad.
Entre los delitos que mencionó están:
🔹 Robo de cables eléctricos en máquinas de riego
🔹 Apedreamientos a tiendas y ómnibus
🔹 Actos de corrupción en instituciones estatales
Aunque no se revelaron detalles sobre los casos a enjuiciar, la prensa oficial dejó claro que el objetivo es enviar un mensaje de disciplina y control social, utilizando el sistema judicial como herramienta de escarmiento.
Más represión en tiempos de crisis
Este operativo, que se extenderá hasta el 29 de marzo, involucra al Ministerio del Interior, el Partido Comunista, el Gobierno y las organizaciones de masas. Además de los juicios, el plan contempla:
✅ Inspección de contratos entre empresas estatales y negocios privados.
✅ Operativos contra las drogas y revisión de puntos de venta ilegal.
✅ Controles de precios abusivos y especulación en el mercado informal.
Sin embargo, más que una estrategia de seguridad, parece una respuesta a la creciente crisis económica y el malestar social. Mientras el régimen endurece su postura, los delitos y la violencia en las calles siguen en aumento.
El crimen en Cuba: una escalada preocupante
Las noticias sobre hechos delictivos han aumentado en los primeros meses de 2025. Entre los casos más recientes se encuentra el arresto de un joven en Moa, Holguín, tras robarle un celular a una niña en plena calle. En Matanzas, la policía detuvo a un hombre con una escopeta no registrada, lo que ha levantado alarmas sobre la proliferación de armas ilegales en la isla.
En La Habana, la inseguridad también va en aumento. Un reciente altercado en La Cuevita, uno de los mercados informales más conocidos de la capital, terminó en una violenta pelea, presuntamente causada por una estafa. El video del incidente circuló en redes sociales, generando preocupación sobre la falta de control en estos espacios.
Por otro lado, en enero, un grupo de delincuentes asaltó un agromercado en Boyeros, reduciendo al custodio y llevándose una cantidad considerable de productos alimenticios. Aunque la policía logró capturarlos, la frecuencia de estos robos demuestra un problema más profundo: la desesperación de la población ante la crisis económica.
¿Seguridad o represión?
El gobierno cubano intenta mostrar mano dura ante el crimen, pero muchos ven esta ofensiva como una herramienta de represión más que una solución real a la inseguridad. Mientras los juicios ejemplarizantes se multiplican, la raíz del problema —la crisis económica, la escasez y la desesperación— sigue sin resolverse.