En Cuba, cualquier excusa es buena para un acto político, y el próximo 4 de abril, aniversario 63 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), no será la excepción. Estudiantes de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos (EMCC) de Bayamo, junto a jóvenes del Ejército Oriental, están ensayando comparsas para lo que han llamado un «carnaval juvenil».
La celebración, que en cualquier otro contexto parecería un simple festival de jóvenes disfrutando, tiene un trasfondo bien claro: en la escuela militar se forman los futuros cuadros del sistema, y cada evento es una oportunidad para reafirmar la lealtad ideológica.
Ensayos, disfraces y mucho «entusiasmo revolucionario»
Las imágenes compartidas en redes sociales muestran a los jóvenes vestidos con trajes típicos de comparsa: adornos florales en el pelo, camisas de colores con olán y faldas llamativas. Todo esto enmarcado en una puesta en escena donde el mensaje político es tan importante como el espectáculo en sí.
Desde la página oficial del Ministerio de las Fuerzas Armadas, se celebró la iniciativa con un mensaje motivador:
«Ya los camilitos de Bayamo están en sus ensayos para el carnaval juvenil por el 4 de abril. ¡Adelante muchachos!»
Por su parte, la página del Ejército Oriental también se sumó con una frase que se repite como un mantra en estos eventos:
«Alegría y entusiasmo juvenil es el sentimiento que acompaña a los jóvenes en la jornada en saludo al Aniversario 63 de la UJC.»
¿Escuela o fiesta permanente?
No es la primera vez que la Escuela Militar Camilo Cienfuegos aparece en redes por actividades de este tipo. En las últimas semanas, la institución ha compartido imágenes de eventos que buscan mostrar una cara más «humana» de estos centros de formación militar.
Uno de los ejemplos más llamativos fue una fiesta de 15 años colectiva donde casi 40 estudiantes desfilaron en trajes de gala junto a cadetes militares. El evento, lejos de ser una simple celebración, estuvo lleno de simbolismo político: las jóvenes fueron transportadas en coches tirados por caballos hasta una plaza de Bayamo, donde bailaron un vals bajo el sol, pero también participaron en declamaciones y cantos ideológicos.
Fiestas con un propósito claro
Estas celebraciones, presentadas por el régimen como «bellas tradiciones», tienen un propósito más profundo: servir como herramientas de propaganda. A través de estos eventos, el gobierno busca reforzar el adoctrinamiento de los jóvenes y mostrar una imagen más amable de las escuelas militares, lugares donde la disciplina y la formación política son pilares fundamentales.
Lo cierto es que, ya sea con carnavales, fiestas de 15 o cualquier otra excusa, la maquinaria ideológica sigue funcionando a toda marcha en Cuba.