La noticia de la apertura de un “Starbucks” en La Habana ha causado revuelo en redes sociales y en las calles de la capital cubana. El popular youtuber JSant TV no tardó en visitar el lugar para ver qué tal la cosa, y lo que encontró dejó a muchos con la boca abierta. Aunque el local promete una experiencia similar a la de las famosas cafeterías internacionales, hay un detalle importante: no es una franquicia oficial de Starbucks. ¿Entonces, qué es exactamente?
Un Starbucks “made in Cuba”
El local, ubicado en una zona turística cerca de Habana Vieja, ha generado expectativas altas entre los cubanos y visitantes. Con un menú que incluye frapuchinos de vainilla, caramelo y fresa, además de pasteles, ensaladas y opciones de comida ligera, el lugar parece sacado de cualquier sucursal de Starbucks en el mundo. Incluso han añadido toques locales como tostones y brusquetas para darle un sabor cubano al menú.
Pero aquí viene el problema: los precios. Un frapuchino puede costar más de 1.800 CUP, lo que equivale a más de la mitad del salario mensual promedio en Cuba. Para muchos cubanos, esto lo convierte en un lujo inalcanzable. “Está bueno el café, pero con ese precio, mejor me tomo un coladito en casa”, comentó un habanero en redes sociales.
¿Franquicia o imitación?
Aunque el local utiliza un branding muy similar al de Starbucks —incluso con una sirena que parece llevar un sombrero guajiro—, no es una franquicia oficial. Se trata de un negocio privado que ha decidido “inspirarse” en la famosa cadena de café. Esto ha levantado sospechas sobre posibles infracciones a los derechos de propiedad intelectual, ya que Starbucks es una marca registrada a nivel internacional.
“El uso no autorizado de una marca puede tener consecuencias legales serias, incluyendo demandas civiles y sanciones monetarias”, explicó un experto en propiedad intelectual. Aunque por ahora no ha habido reacción por parte de Starbucks, el riesgo de una demanda está latente.
¿Por qué tanto revuelo?
Para los cubanos, la apertura de un local que imita a una marca internacional como Starbucks es algo inusual. En un país donde el acceso a productos globales es limitado, este tipo de negocios genera expectativas y curiosidad. La posibilidad de personalizar un frapuchino con tu nombre o comprar vasos y termos con el logo de la sirena (aunque sea una versión “cubanizada”) es algo que muchos quieren experimentar.
Un poco de historia: ¿Quién es Starbucks?
Para quienes no lo saben, Starbucks fue fundada en 1971 en Seattle, Washington, por Jerry Baldwin, Zev Siegl y Gordon Bowker. Al principio, la empresa se dedicaba a vender granos de café tostados, té y especias. El nombre fue inspirado en el personaje Starbuck de la novela “Moby-Dick”, en honor a la tradición marinera de los primeros comerciantes de café.
En 1982, Howard Schultz se unió a la empresa y, tras un viaje a Milán, propuso la idea de vender café preparado para consumir en el lugar. Aunque al principio los fundadores dudaron, Schultz abrió su propia cafetería, Il Giornale, en 1985. Dos años después, compró Starbucks y comenzó una expansión rápida que la convirtió en la cadena internacional que conocemos hoy.