Llamar leyenda a alguien se ha vuelto cosa fácil en estos tiempos, pero si hay un hombre que encarna el significado de la palabra, ese es Yoel Romero.
A solo días de cumplir 48 años, el cubano volvió a demostrar que la edad es solo un número con una victoria por nocaut técnico ante Ras Hylton en el evento estelar del Dirty Boxing Championship, celebrado en Coconut Grove, Miami.
Y no fue cualquier noche: entre los asistentes estaba nada menos que Jon Jones, campeón de UFC y nuevo copropietario de la liga.
📢 «Estoy feliz con este triunfo, y sé que muchos de los que vinieron hoy a verme se van complacidos», aseguró Romero tras el combate. «Lo importante es seguir con humildad. Mi meta sigue siendo la misma: llegar activo hasta los 52 años».
El maestro de la paciencia
Romero, como el veterano que es, no se desesperó. Durante los dos primeros asaltos jugó con la mente de su rival, un peleador más alto y de gran alcance, pero cuando llegó el tercero, soltó la dinamita y acabó con Hylton.
Este fue su segundo nocaut en Dirty Boxing, donde ya se perfila como una de las figuras clave de esta nueva modalidad de combate.
📢 «Siempre he creído que lo importante en la vida es aportar algo valioso a la sociedad», comentó el cubano. «No importa si eres el primero o el segundo en hacerlo, lo que importa es dejar huella».
Una trayectoria fuera de serie
Si alguien le hubiera dicho a Yoel Romero en 1998—cuando ganó su primera Copa del Mundo en Stillwater—que en 2020 estaría peleando por un título mundial de MMA, probablemente se hubiera echado a reír.
Pero aquí está, más de dos décadas después, peleando al más alto nivel, con un combate ya pactado para el 22 de junio contra Gegard Mousasi en la Global Fight League.
Y es que el exluchador olímpico ha sido un fenómeno físico incomprensible, un peleador al que los rivales siguen evitando porque nadie quiere el bochorno de ser derrotado por un «viejo».
Contra todo pronóstico
A lo largo de su carrera, Romero ha enfrentado más que oponentes en el octágono. En 2012, tras una grave lesión en el cuello, los médicos del Jackson Memorial Hospital le dijeron sin rodeos:
💬 «Tu carrera ha terminado. Si quieres salvar tu vida, olvídate de pelear.»
Para cualquiera, esas palabras habrían sido una sentencia. Pero Romero no es cualquiera.
Tras una operación en la que le insertaron 14 tornillos en el cuello, su única preocupación era volver a la jaula. Y lo hizo.
📢 En 2013, en su regreso en UFC, noqueó a Clifford Starks y se llevó el premio a «Nocaut de la Noche». A partir de ahí, una racha de victorias lo catapultó hasta peleas icónicas contra Robert Whittaker, Israel Adesanya y Paulo Costa.
Cuando UFC lo dejó ir siendo el número 5 del ranking, Bellator no tardó en abrirle las puertas. Luego vino PFL, y ahora, su nueva etapa en Global Fight League.
El público se rinde ante su grandeza
La escena en Coconut Grove tras su victoria sobre Hylton lo decía todo: miles de fanáticos de pie, coreando su nombre, desde los que lo vieron brillar en la lucha olímpica hasta los nuevos seguidores que lo descubrieron en UFC.
¿Qué dice Romero de todo esto?
📢 «Solo puedo decir: gracias, Dios, por tenerme con favor y gracia ante tus ojos».
A sus casi 48 años, el «Soldado de Dios» sigue en pie de guerra. ¿Quién se atreve a dudar de que llegará a los 52, como él mismo se lo ha propuesto?