En el pequeño pueblo de Pueblo Nuevo, al sur de Yaguajay, Sancti Spíritus, vive una mujer que ha visto pasar más de un siglo de historia. Francisca Santos Herrera, con sus 105 años recién cumplidos, es un ejemplo de resistencia y fortaleza en un país donde la vida no es fácil, especialmente para los adultos mayores.
Una vida marcada por la lucha
Francisca no ha tenido un camino de rosas. Nacida en 1920, ha vivido épocas de escasez, dificultades económicas y pérdidas personales. A sus 43 años, quedó viuda y embarazada de su decimosexto hijo. Su esposo, Higinio Delgado Carrero, un dirigente campesino, fue asesinado en 1963 por un grupo de bandidos. “Recibió casi 50 tiros en el cuerpo”, contó una de sus hijas en una entrevista anterior. A pesar de esta tragedia, Francisca sacó adelante a su familia con una determinación inquebrantable.
“Lucidez de veinteañera”
Lo más sorprendente de Francisca no es solo su longevidad, sino su lucidez mental. Según un reporte del medio local Escambray, la centenaria tiene una “lucidez de veinteañera” y un “verbo fluido” que deja boquiabiertos a quienes la conocen. Con 16 hijos y más de 30 nietos, Francisca ha visto crecer a varias generaciones, aunque también ha tenido que despedir a cuatro de sus hijos a lo largo de los años.
El secreto de la longevidad en Cuba
Francisca no es la única centenaria en Cuba. Hasta el año pasado, el título de la persona más longeva del país lo tenía Lucía Chacón Hechavarría, quien falleció en julio de 2024 a la edad de 112 años y 222 días. Lucía, originaria de Santiago de Cuba, atribuía su longevidad a una vida de trabajo duro en el campo y una dieta basada en alimentos humildes. Sin embargo, en la Cuba actual, donde escasean productos básicos como la harina, la jutía y el pescado, mantener una alimentación balanceada es todo un desafío.
Otra centenaria, Cira Delia Vegas Pérez, también de Sancti Spíritus, asegura que su secreto ha sido simplemente “la suerte”. Pero más allá de la suerte, lo que estas historias demuestran es la resiliencia y la capacidad de adaptación de los cubanos, especialmente de aquellos que han vivido más de un siglo.
¿Qué nos enseña Francisca?
La vida de Francisca Santos Herrera es un testimonio vivo de la historia de Cuba. Desde los tiempos de la lucha campesina hasta la actualidad, Francisca ha sido testigo de cambios profundos en su país. Su historia nos recuerda que, incluso en las circunstancias más difíciles, es posible salir adelante con fuerza, determinación y un poco de humor.