El jefe de producción de la Empresa Cubana del Pan (UEB Matanzas), Roberto García Ramos, reveló en el programa “Con voz de pueblo” de la televisora provincial TV Yumurí que, actualmente, solo cuentan con pan para un día. Esta declaración pone en evidencia la grave crisis que afecta a la producción de uno de los alimentos más básicos en Cuba.
¿Qué está pasando?
Según García, este jueves se tiene previsto buscar harina en La Habana para intentar reanudar la producción en Matanzas. Sin embargo, la disponibilidad de este insumo es incierta, y en ocasiones ni siquiera saben si contarán con la materia prima necesaria para abastecer las panaderías.
Pero el problema no termina ahí. García también destacó que la falta de combustible complica aún más la situación, ya que es imprescindible para transportar los productos desde los centros de producción hasta los puntos de venta.
Infractores y pan de mala calidad
Además de los problemas de suministro, García señaló que la presencia de infractores dificulta el uso correcto de los productos y el peso adecuado del pan en varias unidades. Aunque el gobierno sigue distribuyendo pan a través de la libreta de abastecimiento, la calidad del producto suele ser muy baja.
Mientras tanto, los negocios privados aprovechan la situación y venden bolsas de pan a precios excesivos, que muchas veces resultan inaccesibles para las familias cubanas.
Una crisis que se extiende
Esta problemática no es exclusiva de Matanzas. En ciudades como La Habana y Santiago de Cuba, los reportes de panaderías sin harina se han vuelto constantes, y las largas colas por un simple pan son parte de la rutina diaria de miles de familias.
La libreta: ¿Una solución o un símbolo de la crisis?
Durante décadas, la libreta de abastecimiento ha sido el símbolo del control estatal sobre la alimentación en Cuba. Lo que alguna vez se presentó como un mecanismo de garantía alimentaria, hoy es un reflejo de la miseria y la insuficiencia que vive el país.
La escasez extrema de alimentos en Cuba es un claro reflejo de la profunda crisis que atraviesa el régimen. Si el gobierno no puede garantizar algo tan básico como el “pan nuestro de cada día”, queda claro que el principal problema radica en la pésima gestión de un sistema que prioriza el control sobre el bienestar de su pueblo.