El reconocido actor cubano Jorgito Martínez ha vuelto a enfrentarse a una dura prueba de vida. En una entrevista con Familia Cubana, reveló por primera vez que, además de haber vencido un cáncer de pulmón hace más de una década, hace dos años tuvo que lidiar con un nuevo diagnóstico, esta vez en la garganta.
«Voy a contar algo que nadie sabe», confesó Martínez con la sinceridad que lo caracteriza. Hasta ahora, había mantenido el tema en completo hermetismo, una decisión que tomó para evitar la presión mediática y poder enfocarse en su recuperación.
Un diagnóstico inesperado en pleno rodaje
Mientras grababa la telenovela «El derecho de soñar», el actor recibió la noticia de que tenía ganglios malignos en la garganta. En medio de largas jornadas de trabajo y sin detenerse un solo segundo, decidió seguir adelante con las grabaciones, a pesar de estar sometido a un intenso tratamiento de quimioterapia y radioterapia.
«Yo iba al set con los puntos aún frescos en la garganta y le decía a la maquillista: ‘Maquíllame, que hay que seguir grabando’», recordó. La lucha fue tan dura que llegó a perder el paladar y las glándulas salivares, lo que lo obligó a alimentarse únicamente con líquidos durante casi un año, reduciendo su peso a 42 kg.
«No podía salir a la calle, parecía un cadáver», confesó, describiendo el impacto físico de la enfermedad.
El peso de la fama en tiempos difíciles
Jorgito también habló sobre cómo la atención del público puede volverse abrumadora en momentos tan delicados. Cuando enfrentó su primer cáncer de pulmón, la avalancha de apoyo fue inmensa, pero también le generó una gran presión emocional.
«Me llamaban hasta de las iglesias para decirme que hacían misas por mí», contó, agradeciendo el cariño, pero reconociendo lo estresante que resultó ese nivel de exposición. Por eso, esta vez optó por guardar silencio y enfrentar la enfermedad en privado.
Un «ángel» que lo salvó
En medio de su lucha y con una salud cada vez más deteriorada, Jorgito encontró apoyo en una persona especial, a quien describe como su «ángel de la guardia». Fue gracias a ella que pudo viajar a Italia, donde recibió el tratamiento necesario para recuperarse.
«Estuve un año allá. Si no hubiera sido por esa persona, creo que no estaría vivo», aseguró sin revelar su identidad, pero dejando claro que su gratitud es infinita.
Una vida marcada por la lucha
Hoy, Jorgito Martínez sigue adelante, aunque con cicatrices imborrables. Vive con un solo pulmón y ha pasado por la extirpación de la glándula suprarrenal, recordando el impacto de su primer diagnóstico, cuando los médicos le dijeron que tenía solo un 20% de probabilidades de sobrevivir.
«Es muy duro llegar a una consulta y que te digan que te quedan seis meses de vida», reflexionó.
Sin embargo, a pesar de todos los golpes que le ha dado la vida, Jorgito sigue de pie, demostrando que su historia es, sobre todo, una lección de resistencia, valentía y amor por la vida.