Muchos artistas, tras alcanzar la fama, terminan cayendo en el oscuro mundo de las drogas. El reguetonero cubano El Chacal no fue la excepción. Sin embargo, a diferencia de otros, logró salir de ese abismo y hoy puede decir con orgullo que lleva 13 años libre de adicciones.
Durante una entrevista con la actriz Yuliet Cruz, el cantante se sinceró sobre los momentos más duros de su lucha contra las drogas, cómo estas afectaron su salud y la fuerte decisión que tomó para cambiar su vida.
El día que casi todo acabó
El Chacal recuerda que su primer viaje a Estados Unidos fue en 2011, como parte de una gira con Gente de Zona. Para ese momento, su problema con las drogas ya era serio, y la tentación en el extranjero era aún mayor.
«Estuve un mes y siete días en Estados Unidos. En ese momento, tenía serios problemas con las drogas y pensé en quedarme. Todo lo que me gustaba estaba ahí», confesó.
Pero la adicción estaba destruyéndolo. «Cuando llegó el mes, yo estaba que no pesaba ni 20 libras mojado. Me dije: ‘Me tengo que ir porque me voy a morir’», relató.
La verdadera alarma llegó cuando, tras días de consumo sin descanso, su cuerpo colapsó en Cuba.
«Llevaba casi una semana de parranda sin bajarle. El día que decidí ir a mi casa, mi cuerpo no aguantó más. Empecé a temblar, el corazón se me aceleró de una manera insoportable y terminé en el hospital», contó.
Los médicos fueron claros: «Tienes tanta cocaína en la sangre que deberías estar muerto». Le salvaron la vida, pero el miedo lo hizo reflexionar. Ese día tomó la decisión que cambió su destino: nunca más volvería a consumir drogas.
«No necesité más que mi determinación»
A diferencia de muchas personas que requieren rehabilitación o ayuda profesional, El Chacal decidió dejarlo por su cuenta. «Me dije a mí mismo: ‘No vuelvo a pasar por esto’. Y hasta el día de hoy, lo cumplí», afirmó con orgullo.
Su historia es un testimonio de fuerza de voluntad y superación. Desde aquel colapso, han pasado 13 años y nunca ha recaído. Hoy, no solo disfruta de una carrera exitosa, sino de una vida plena y sin adicciones.
El Chacal es un claro ejemplo de que, aunque la fama puede llevar a caminos oscuros, siempre es posible encontrar la luz y cambiar el rumbo.