Un accidente que nunca debió ocurrir ha marcado la vida de Yoinel López, un niño cubano de 11 años, quien perdió un ojo luego de recibir un disparo con una escopeta de perle en un campo de tiro privado en Ciro Redondo, Ciego de Ávila.
La noticia, reportada por el periodista Yosmany Mayeta, ha generado gran conmoción y ha puesto en el ojo del huracán la seguridad en estos espacios, así como la responsabilidad de quienes los administran.
Un disparo que lo cambió todo
El incidente ocurrió el pasado 9 de marzo, cuando un adolescente de 15 años manipulaba la escopeta en el campo de tiro. Según su testimonio, él intentó dispararle a un gato, pero Yoinel se atravesó accidentalmente en la trayectoria del disparo.
La bala impactó directamente en el ojo del menor, causándole una herida grave que requirió traslado urgente al Hospital de Sancti Spíritus. Una vez allí, los médicos se enfrentaron a un cuadro delicado: el perle estaba muy cerca del cerebro, lo que aumentaba el riesgo de la cirugía.
Una operación difícil y un ojo perdido
Después de una intervención compleja, los médicos lograron estabilizar a Yoinel, pero no pudieron salvarle el ojo.
«Estuvo conectado a aparatos, pero salió bien. Lo que no pudieron salvarle el ojo y se lo tuvieron que sacar», declaró un familiar, visiblemente afectado por la tragedia.
El niño ahora se encuentra en recuperación, mientras su familia espera que se le realice un implante ocular en un hospital de Santa Clara.
¿Quién es el responsable?
El adolescente que realizó el disparo fue detenido y puesto bajo investigación en una unidad de Menores. Aunque insiste en que todo fue un accidente, su futuro legal sigue en el aire.
Sin embargo, los familiares del niño creen que los verdaderos responsables son los dueños del campo de tiro, quienes permitieron que menores manipularan armas sin supervisión adecuada. Por ello, han exigido una indemnización por el daño irreparable que sufrió Yoinel.
Lo que viene ahora
Mientras se define la situación legal del adolescente y la responsabilidad del campo de tiro, Yoinel se enfrenta a un largo proceso de recuperación. La próxima semana volverá a consulta para retirarle los puntos y comenzar las pruebas para su implante ocular.
El caso ha generado indignación y ha reabierto el debate sobre la seguridad en los campos de tiro privados en Cuba. Mientras tanto, la familia solo espera justicia y que su pequeño pueda seguir adelante con su vida.