El municipio de Vertientes, en la provincia de Camagüey, vive días de miedo e incertidumbre debido al aumento de robos, asaltos y actos violentos cometidos por bandas de encapuchados. “Aquí ya no se puede vivir tranquilo”, denuncia un vecino, mientras las redes sociales y medios independientes se llenan de testimonios que reflejan la creciente inseguridad en la zona.
En las últimas semanas, varios hechos han conmocionado a la comunidad. Robos a mano armada, intimidaciones y hasta un asesinato han puesto en evidencia la falta de acción efectiva de la policía para frenar la delincuencia. “De ser un municipio tranquilo, pasamos a uno donde nadie está seguro”, lamentó un residente en el grupo de Facebook “Vertientinos por el Mundo”.
Uno de los casos más impactantes ocurrió a inicios de febrero, cuando Cristina Guerra, de 54 años, fue asesinada en su casa del barrio San Antonio por un sujeto encapuchado. A más de un mes del crimen, el asesino sigue libre, lo que ha generado indignación entre los vecinos. “¿Dónde está la justicia?”, preguntan muchos.
Pero los robos no dan tregua. Recientemente, dos hombres con capuchas irrumpieron en una vivienda del reparto Los Chinos, cerca del central Panamá, y amenazaron a una mujer con un cuchillo en la garganta para robarle su moto eléctrica. “Si hablás, te matamos a ti y al niño”, le advirtieron antes de huir con el vehículo.
Otro caso similar ocurrió cerca del Comité Militar, donde una joven fue asaltada en su propia casa por encapuchados que se llevaron su moto. Y no es el único: “Goyito”, un vecino de la comunidad rural El Chorro, fue despojado de 300,000 pesos en un atraco en su finca. “Los ladrones tenían las caras cubiertas y actuaron sin miedo”, contó un testigo.
¿Qué hace la policía?
Pese a las constantes denuncias, los residentes aseguran que la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) no está haciendo lo suficiente. “Clausurar vallas de gallos y multar a campesinos no resuelve el problema”, criticó un periodista local. Además, señalan que los medios oficiales no informan sobre estos hechos, prefiriendo exaltar la labor de los llamados “héroes de azul”.
En redes sociales, la frustración es palpable. “¿Hasta cuándo vamos a aguantar esto?”, escribió un usuario en el grupo “Revolico Vertientes 2025”. “Están destruyendo familias. No les importa matar ni que los maten”, añadió otro, refiriéndose a los delincuentes, muchos de ellos jóvenes que, según los vecinos, “tienen lomo para trabajar, pero prefieren robar”.
El gobierno, entre la negación y la realidad
Aunque las autoridades han intentado minimizar el problema, atribuyendo el aumento de la delincuencia a una “percepción exagerada” potenciada por las redes sociales, finalmente han tenido que reconocer que los delitos han crecido. Sin embargo, insisten en que hay una “tendencia a la disminución”, algo que contrasta con la realidad que viven los cubanos.
Asesinatos, robos y asaltos a plena luz del día son cada vez más frecuentes, según los testimonios de los habitantes. “Ya no hay seguridad, ni de día ni de noche”, asegura una vecina de Vertientes.
¿Qué sigue para Vertientes?
Mientras la delincuencia sigue escalando, los residentes claman por soluciones concretas y una mayor presencia policial. “No podemos seguir viviendo con miedo”, exigen. Y es que, en un municipio que antes era sinónimo de tranquilidad, hoy la inseguridad es el pan de cada día.
